Páginas

martes, 21 de febrero de 2012

He renunciado a ti



He renunciado a ti, no sé si te has dado cuenta que  ya no te llamo, no te escribo, no te busco.
He renunciado a ti porque es irrealidad nuestro amor, porque mis fantasías, fueron sólo eso y nada más.
Quedarás en celdas de mi memoria y te guardaré en albergues vastos, mínimos y en mi alma te encerraré en cercos sin prisión.
He renunciado a ti, ya mis pensamientos se han distendido y no existen más.
Hoy la fervorosa negación de tu ausencia, tu recuerdo, va por mi ser entero, por mis venas, fluye dentro de mí y es el cansancio del alma, de pies a frente, sin dolor, circula tan despacio que si en él me mirase ya no te vería más.
He renunciado a ti y en arrobada calma de las contradicciones de mi misma me digo que nuestros sentimientos están desencontrados, nuestros pasos no caminan la misma senda, nuestros caminos se cruzan pero jamás se juntarán.
Me acuno en el cansancio y a mi ánimo torpe se le apaga la llama donde vive aún lo pasado.
Y mi rendido espíritu abandona la lucha inútil que ha batallado por tener tu amor y ganar tu corazón.
He renunciado a ti aunque todos mis sentidos se nieguen a aceptarlo.
Quiero dejar de recordarte aún cuando hasta por mis venas la misma sangre vuelta recuerdos.
He renunciado a ti, porque he buscado conquistarte de mil maneras, he tratado pero en vano, abrir la puerta de tu corazón ni siquiera has intentado quitar ese cerrojo con el que quieres convencerte de que nadie lo quitará.
He renunciado a ti, a esperar juntos los atardeceres de ensueño, a las cálidas noches donde volábamos juntos a buscar los amaneceres que dejaban caer las frescas gotas de rocío en nuestros rostros.
He renunciado a ti, a bailar al ritmo de los sonidos que provoca la lluvia cuando cae sobre nuestros cuerpos, a las palabras dulces, tiernas, provocadoras y sensuales que salían de tus labios.
He renunciado a ti, porque todas mis intenciones han sido amarrarte a mi y temo causarte heridas ya que todas mis ilusiones se desvanecieron y siento que de mis manos se escapan como arena entre los dedos todas las esperanzas que puse para que nuestro amor floreciera como flor en primavera.
He renunciado a ti. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario