Sentí total
indiferencia, me despegué de ti, ya no estoy a tu lado, mi amor se fue como
vuelo de golondrinas.
¿No sientes
mi resistencia a que tu nombre sea mi canción?
Mi
desencanto por ti es como un volcán que surgió en un minuto de adentro, muy
adentro, desde el fondo de mi corazón.
Ya nada
palpita entre los dos, ni besos, ni miradas, ni gozos esperados y en este
expirar del amor, la apatía me inunda y me lleva por caminos curvos entre
selvas vírgenes y roquedales altos.
Indiferencia,
desamor que se desató como vendaval brisa o suspiro bajo mi submundo, como
temblor y calor de tierra en mi angustia desolada.
Indiferencia,
mi espacio está vacío de ti, el gran aire que me aleja me aísla de tu lado y
sólo avizoro en mi horizonte un nuevo sendero que me conduce a un nuevo amor
con el cual seguramente la felicidad me inundará.
La frialdad
se adentró en mi alma y la despojó de memorias, de recuerdos vividos plenos de
amor, ya no existes en mi vida, siento tan sólo desinterés y desdén por algo que
fue maravilloso y único.
Indiferencia,
sentimiento de incomprensión por no ser tú parte de mi vida, es una verdad
definitiva que traspasa los límites antiguos.
Desencanto
tras el hallazgo de la realidad de saber quien realmente eras.
Indiferencia
porque todas tus palabras repetitivas y falsas eran presagio de verdades no
dichas y tu inventada figura se convirtió en miles de cristales rotos.
Eras tan
solo un espejismo en un desierto de oscuridades y silencio.
Indiferencia,
cual triste sentimiento en lentas claridades, muy despacio me hace ir hacia las
puertas del olvido para encontrar mi paz en otros rumbos.
Indiferencia,
testigo cierto de la firmeza de que Hoy ya no significas nada en mi vida,
fuiste un fuerte soplo de la suave brisa que golpeó mi alma pero desperté ante
la realidad inundada de pesares y herida en mis sentimientos que tan
celosamente defendí de injustas vanidades y desoladas sombras, dudas de
existencia.
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