No mires
atrás, deja que tus huellas se borren en las arenas del olvido, vive el Hoy, no
desandes el camino que ya recorriste.
Vivía sin
aire, entre lágrimas derramadas, penas agobiantes, amores sin amor, esto fue
tan irreal como fuego que no arde.
Ahora sí
volveré a emprender mi verdadero camino porque me iré por donde he venido y
atrás no miraré.
Ya no
esperaré verte desde mí existir, tú el amor que ya fue.
No mires
atrás, las olas veloces cambian como la arena en las manos del viento, sin
dejar huella.
Estoy
confundida en las ondas que tras de mí se cierran como flores sin dejar rastro.
No mires
atrás, la vida es como un río, en ciertos momentos cascadas de aguas
cristalinas te brindan, amores, pasiones,
dichas y felicidades pero también en otros momentos aguas turbulentas de falsedades,
envidias sinsabores todo lo cual eres incapaz
de superar para ir hacia adelante.
Todo cambia,
menos yo, que mido las arenas, el tiempo cruel, el mar inmenso, buscando otras
playas de paz y amor.
No mires
atrás, arranca el misterio a las sedas del alga como flor volandera y bien
segura elévate al más allá en las ondas azuladas.
No mires
atrás, extiende tu cuerpo hacia fronteras lejanas nadie ya te alcanza, corre, vuela,
en la pradera sin medida de las verdes aguas.
Avanza
como arquero del sol, por el bosque de
cristales, si mirar hacia atrás.
Siguen mis
miradas las huellas leves del pasado vivido cual puñal sufrido y coronas de
amores.
Y despierta
en la alta sombra que parece andar desnuda por dentro, hacia un mundo perfecto.
No mires
atrás, lo vivido cae como ordo en la niebla en un valle triste y agobiado.
El ángel de
la luna me cuida y me protege recorriendo el océano de verdes amapolas
angustiadas.
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