Bésame soledad porque acaricié el sueño de tenerlo en mis brazos
y su espíritu impalpable se llevó mi corazón en aquel sueño soslayando el cariño que le di sin egoísmos.
A él le entregué mi corazón y entre sus brazos se rompió.
Soledad me has convertido en espía de una vida prestada, una vida que soñé con él, en un amanecer de luz, etérea, agraciada, llena de vida, en una explosión de amor.
¡Lo quiero y no sé cómo!
¡Lo quiero y no sé por qué!
¡Bésame soledad! Porque soy una mujer expectante de amor y en medio del dolor he perdido esa llama que Prometeo me regaló un día.
¡Bésame soledad! puedo llegar a quererte y disfrutarte, quiero olvidar que ese corazón hereje se ha llevado el mío.
Ya no quiero seguir esperando que me regale luz, en luna me ha convertido, satélite de un planeta desierto y yermo que ya no brinda nada, que sólo trae olvido.
¡Bésame soledad! quizás así recostada en un lecho de tréboles verdes y frescos pueda volver a amar y preparar la vida para un nuevo reto, el reto de encontrar un amigo fiel, compañero silente, cómplice de amor y de sueños.
¡Bésame soledad! para que un día pueda mirar atrás y vivir pura dicha en el alma, con amor sincero disfrutar el presente vivido sin recordar al amante traicionero que un día enamoró mis sueños con perfumes y te quieros.
Lo quise para mí y fue de nadie.
Lo quise para mí y fue de todas.
Dejémoslo atrás, ya no importa, es un pequeño suspiro que se ha llevado el viento
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