Así de improviso se oyó un !espérame! que con sigilo entró
por la puerta entreabierta
de mi alma, esa palabra mágica y nueva.
!Espérame! ?a quién? ?dónde? ?cuándo?
mil preguntas surgieron de improviso, intuyendo que el giro
sin giros
de mi vida iba a cambiar.
El espérame imperioso, grave, sin vueltas, venía de muy
lejos
en mi búsqueda.
?Es que la vida no nos senala, no nos hace preveer, que por
ese instante
signado por mil preguntas y respuestas nos veríamos marcados
por unas situaciones
imprevistas e impredecibles y que el amor nos estaba
llamando con gritos de desesperación.
El espérame en ecos repetitivos de estrella en estrella
cruzó el vasto océano y se acercó
El espérame nos estrujó el corazón y sus gotas cual
lluvia de besos cambio hasta
el andar que se hizo lento, rítmico, cadencioso y la risa se
oyó mas clara, repetitiva, con luces doradas en las pupilas de los ojos.
La ansiedad del espérame nos se hizo esperar y tarde muy
tarde en la noche la respuesta ]
se disolvió en un resplandor de luciérnagas brillantes.
!Sí! espero a ese alguien que con prisas y deseos me ha
de encontrar.
Y en una alfombra tejida con hilos de seda de mil colores,
el espérame me hizo ir por caminos sin límites, atravesar obtáculos,
frenar necedades, hasta que por fin segura y valiente acudió al llamdo que
se sentía más cerca.
!Ah! !Espérame! es que nadie encontró palabra más
juguetona, más dulce, más traviesa, que nos hizo virar la vida y
sentirla más cerca.
!Espérame! sí, ya estamos juntos, los espíritus se tocan,
las mentes se hablan y los pensamientos raudos y veloces corren de uno al otro
diciéndose querencias y mil cosas locas... !Qué felicidas saber el uno y
el otro que los dos existen!
y se entrecruzan los caminos con donaires de príncipe y
princesa...
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