Me voy a otros mundos lejanos, a abismos ignotos donde la
luz resplandece e irradia paz y calma
absoluta.
¿En busca de qué me sumerjo en otros mundos?
No lo sé, creo que es necesidad de que mi espíritu vuele en
pos de dejar atrás las angustias y las melancolías.
Voy a islas en los océanos de las galaxias, sin fin ni fondo
de la noche como última forma de amar.
Me sumerjo en otros mundos, a la esperanzada soledad de la
noche y sin afanes de retorno, en busca de anhelos soñados que vuelven
repetidamente a mi alma.
Me sumerjo en otros mundos a lo ignorado, a lo inmenso, a lo
lejano, al infinito en busca de acciones futuras plenas del amor esperado.Me inundan resplandores vagos y tomo distancias de mí misma y del entorno que me asfixia y me
rodea, con la necesidad de encontrar
sendas sin dificultades, aureolas sólo de amor.
Me sumerjo en otros mundos para ir de estrella en estrella, entre nebulosas
pálidas, en silencios profundos, que me conduzcan despacio a mis recuerdos vividos intensamente en esos breves espacios
de amor.
Vivir amando en una danza incomparable, en este Universo
vasto, inconmensurable, en un sueño de amor despierto, en vigilia, sin olvidos,
en un toque divino entre gotas de serenidad y armonía.
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