Renacer a la vida encontrando nuevos senderos, caminos,
sendas sinuosas, curvas, que me lleven a un mundo nuevo, pleno de esperanzas,
de amor. ¿Será hoy, mañana, nunca?
No importa, lo he de
hallar, me está buscando con señales y
signos en una entrega total a través del misterio de lo insondable.
¿Seré yo el que lo encuentre o el amor vendrá a mí? Renacer a la vida, con sueños nuevos
que cuando estaban delante los veíamos avanzar en tinieblas.
Renacer a la vida es ir hacia la luz, más luz que la que se
quiere, veíamos sólo nubes y creciente oscuridad.
No iremos más a la soledad árida y fría, sí acudiremos, a
una entrega total a la vida, al sino inexorable que es la felicidad.
Renacer a la vida es el resurgir para encontrar amores nuevos
encaminándonos a la claridad, tan imposible de vislumbrar cuando se espera con
ansias.
Renacer a la vida, hacia un destino cierto, mundo de dos,
nunca más solos, verdad paradisíaca que se degusta con un sabor a miel.
Renacer a la vida es ir a cálidas sensaciones de amar sin
temor, sin pasado, sin vagas ilusiones, es vivir otra vez con esperanzas que
inspiran total entrega.
Renacer a la vida es retoñar saliendo de las penumbras del
pasado e ir como un raudo vuelo al mundo mágico del amor verdadero, cercano y
único
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