Reencuéntrame
en un son de amor entre alelíes y macachines.
Puedo
enamorarte otra vez como en antaño lo hice, en un instante del pensamiento.
Reencuéntrame
en el último suspiro que se da y no se cuenta, en los últimos besos que
recuerdas.
Reencuéntrame,
regálame otra vez una caricia de esas que estremecen el alma.
Adivina en
mi ser cada camino y permíteme salir de este sonrosado sueño.
¡A la vida quiero ir! y olvidar otros senderos
que he recorrido, olvidar las aguas salitres de un amor perdido, despeja de
este pecho corazones rotos y dame sueños nuevos, quiero amanecer entrelazada a
tu pecho, acariciando tus lides, recorriendo sin prisa todos tus horizontes y
memorizar como a un mapa cada rincón de tus cielos.
Reencuéntrame
en el amor adolescente que nos tuvimos un día, loco, vertiginoso, ansioso de
caricias nuevas entre fogatas y guitarras.
Me pregunto
si me recuerdas… como yo te recuerdo, entre perfumes y aromas que supe percibir
en tu cuerpo cada vez que el frío me acechaba y con él me rodeabas y entre
besos y arrumacos hacías que el frío se esfumara.
Tan cálidamente
te recuerda mi alma, que temo no encontrarte verdadero y límpido como en aquel
entonces cuando mi alma te amó.
Reencuéntrame
y con la yema de los dedos invítame a callar y a enamorarte, como aquel día que
parece tan lejano, jamás pude olvidar esa sonrisa, esos labios que me hicieron
mujer me enseñaron todo lo que se aprende amando con tesón.
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