Confesiones
íntimas, carta para aquel que todavía espero.
Confesiones
íntimas que llegan hasta ti tratando de arrancar de tu alma tan sólo un halo de
amor, una palabra que me haga adivinar
de qué manera sabes amar.
Confesiones
íntimas que quiero hacerte a través de estas líneas porque no puedo decirte mirándote,
todo este amor que presiona mi corazón.
Quiero
confesarte que hace tanto que te amo que no recuerdo bien en que momento
comencé a amar tu sonrisa, tu mirada, te amaba en silencio, muriendo de pesar
cada vez que a tu corazón llegaba un nuevo amor…
Quiero
confesarte que siempre me atraías y con afán esperaba verte cada día, pero
estos recuerdos están en el pasado.Hoy quiero
confesarte que me confunden tus idas y venidas
y el dolor me inunda como última forma de amar, sólo recibo de ti
migajas de sentimientos no sentidos.
A través de
estas confesiones íntimas quiero remover en ti el centro de tu ser y que me
respondas si sólo soy una memoria del ayer o si ya ahora no soy más que un peso
infinito y que no existe en ti ni un rastro de afán de retorno.
Puede ser
que donde tienen que amar dos, sólo existen confesiones íntimas y un corazón
solidificado negándose a escuchar.
Confesiones
íntimas como última forma de amar de una mujer que se niega a que su realidad
se esfume a sí misma y sentir que su verdad de amar no sea dolor ni prueba, sí
un existir esperanzado, sostenido en un amor verdadero, pleno de signos y
simulacros, trazados en papeles, en cartas de confesiones íntimas que no las va
a deshacer el tiempo en polvo ni en rastros fugaces, ni tan sólo recuerdos
finales, vacíos, sin sombras ni huellas.
No quiero
vivir en una soledad oscura sin contar
al menos con la esperanza de algún día llegar a ser alguien en tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario