Aunque nunca mi
cariño tenga el precio de tus besos aunque nunca mis palabras repercutan en tu
pecho yo lo mismo he de quererte sin palabras y en silencio como quieren los
que sufren, los que aman en silencio, porque te llevo dentro como si fueras un
sueño como si todo lo tuyo se adormeciera en mi pecho.
Benditas son las
noches que me traen tu recuerdo cuando a solas en mi cuarto sin mirarte yo te
veo porque ese viaje inalcanzable que se llama pensamiento me persigue a todas
partes para cubrirte de besos porque tú me has enseñado a quererte en silencio,
sin palabras, desde lejos.
¡Qué de pesos inmensos, órbitas celestiales se
apoyan, maravilla, milagro, en aire, en ausencia, en nada! ¡Sí las almas
finales! ¡La tuya y la mía!, las almas que como alas sosteniéndose solas a
fuerza de aleteo, desesperado, a fuerza de no pararse nunca, de volar, para
encontrarse un segundo en el aire, en el aire de aquello que ya fue,.
Sueño que quise
vivir en silencio, tus manos de mi corazón se desprendieron, quisiste
alcanzarme: mis besos huyeron a un jardín florido lejos del recuerdo buscando
otro nido.
Mi vuelo
incansable encontrón tormentas, también tempestades, pero estoy segura, ya
viene la calma, sus besos me sueñan, sus manos me buscan ansiosas de amor con
sed de caricias, luz en el horizonte me espera algún día, no quiere engañarme
su mano en la mía, su mano en la mía.
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