Sin
tiempos, en silencio, esperando su voz que lejana y perdida, dormida en el
agua, naufraga en los mares lejos de mi puerto.
Un día,
al fin tu alma tembló y tu voz, pura sombra de tu voz,
Llegó
desde la distancia a los puertos de mi fantasía. Sublime anhelo susurrando al viento lo que yo
estaba esperando, dijiste lo que quería oír, con tu voz grave y serena.
Amor
esperado, alcanzado, logrado, como milagro insólito, prodigio de sentimientos.
¡Vive!
¡Sueña! ¡No te encierres en mil quimeras ocultas! No calles, espera, vive, no
tropieces con el cielo.
El amor
te busca, vive en ti como una fuerza vibrante yéndose hacia su destino con alas
en vuelos vírgenes y largas jornadas.
Espera
vivida, ilusión de amor, con formas llenas de incorpóreas gracias esperando le
llegue, acercándose a hurtadillas el querer abrazado trémulo de impaciencia
como un sueño verdadero con ansiada forma de vivirse.
Ilusión
de amor, simple y pura en senderos errantes los retazos de mi alma como el
parpadeo de una estrella vibran alborozados por tenerte a ti en la cálida
huella de los sueños que soñamos.
¡Espera
vivida colmada de sueños! Pero ¿Cómo? ¿De dónde? Como el relámpago que relumbra
antes de avisarte.
La
ilusión del amor enciende los espacios del sonido, quiebra el silencio y la
oscuridad es luz…
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