Colores iridiscentes en breves espacios de tiempo iluminan
el cielo reflejando en mi espíritu el sueno inalcanzable del amor buscado.
Todos los crepúsculos con diferentes colores irradian las
etapas de nuestras vidas.
Entre crepúsculos
vivimos sueños imposibles, deseos impensados, abrazos estremecedores,
besos apasionados.
¡Crepúsculos en el
más allá! El sol se esconde en el horizonte besando el cielo y mirándose a
escondidas con la luna que nos inunda con sus reflejos en el mar.
Vivimos la vida entre
crepúsculos palpitantes, sintiendo correr por nuestro cuerpo deseos inconfesables,
anhelos de ternuras no recibidas.
Crepúsculos que como tentaciones colmadas de deseos de amar
hasta el infinito nos hacen palpitar, temblar de necesidad de estar en el
viento que viene del mar, en el silencio vibrante de la soledad sentida.
Me ha llegado tu voz
única diciéndome en un murmullo estremecedor como mensaje increíble, ¡TE
DEMOSTRARE MI AMOR! y ese imposible golpeó fuerte mi alma que se sintió
desfallecer de dudas, de ansias, de tristezas, de llantos lentos y acompasados
¿En cuál crepúsculo
estarás junto a mí?
No necesitas decírmelo más yo sé que volverás y en otro
crepúsculo increíble resonara tu risa grave y melodiosa otra vez cerca de mí,
diciéndome: TE DEMOSTRARE MI AMOR.
La noche avanza dejando detrás el crepúsculo oscuro, los
grillos emiten su canto anunciando el amor que regresa del pasado.
¡Crepúsculos increíbles! nos llevan al mundo maravilloso del
vivir cada día como si fuera el único, en esperas sentidas, sin tormentas, ni
tiempos...
Hora tras hora
te espero, se iluminará otra aurora que anunciará otro latente crepúsculo, en
el espacio de nuestro mutuo secreto, en el que el amor rezuma fe, esperanza y
ansias de vida...
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