Lejos, muy
lejos, como un punto en el horizonte se entrevé a través del tiempo el ayer que
hoy no está en el ahora.
Se percibe
de a poco con alegría infinita por haberlo vivido entre risas y cantos
¡Que
dichosos momentos de amor compartidos! entre luces, magia, música, soles,
caricias y palabras.
Recuerdos que
como ráfagas contenidas surcan el cielo dejando un halo de nubes danzarinas.
Te suplico,
te ruego, aléjame de ti con tu silencio, enséñame a olvidarte, para vivir otra
vez esos momentos dorados en otra dimensión del tiempo, para que los sueños de
amor sean una nueva realidad.
Oh! amor idealizado, ternura de goces y
susurros, déjame flotar sobre un mar de dicha o la hierba tibia y fresca,
inmóvil, cara al cielo.
Déjame irme
lejos, hundiéndome despacio hacia lo alto, en la vida del aire, sin tristezas
ni sombras, sólo esperando el amor verdadero que me busca.
Déjame vagar
por el vacío ignoto donde todo es quietud, silencio y paz.
Déjame estar
lejos, a distancias sin tiempo, sin tristezas, para convivir con nuevos amores
con alegrías y dichas sin fin.
Entre los
amaneceres claros y diáfanos y los atardeceres plenos de colores, déjame flotar
en el vacío pleno de amor y de deseos de regresar sin prisas ni tristezas a mi
felicidad esperada...
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