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jueves, 13 de septiembre de 2012

Mira la Luna


A  solas, en la nada, recordamos momentos compartidos, secretos  inconfesables, íntimos, necesitados.
Un simple: "mira la luna" nos inunda de una profunda ansiedad, en los más recónditos lugares de nuestro Ser.
Nos hace vibrar con música de violines, en una noche estrellada y… mirar la luna…
¡Qué poder el arte de la seducción!. Seducir con palabras cala más hondo que cualquier otra forma de demostrar amor. Seducir de a poco, de manera distraída, conquistar invadiendo con ternura… a hurtadillas, los límites del alma despertando sentimientos  dormidos.
¿A dónde nos lleva? …a compartir momentos inolvidables, únicos, plenos de risas y de deseos de amar hasta el infinito, de volar muy alto hasta los cielos lejanos y… mirar la luna…
El placer del amor se nutre en el hecho de amar. Somos más felices con la pasión que sentimos que con la que inspiramos. Abrazos sin tocarse,  lunas sin mirarse.
¡Cómo quisiera ser una alegría entre todas, una sola, la alegría con que te alegraras tú! Un amor, un amor solo, el amor del que tú te enamorases…  mirar la luna… Amor del alma pocas veces sentido y tan necesario como la vida misma.
Momentos compartidos que aún desde la distancia, nos hacen desearlos una y otra vez, cerca, muy cerca, y… mirar la luna… La ausencia, con penas humedecidas por gotas de lágrimas duele más que volar con un ala rota. Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta y si vive de la esperanza… …muere con ella, es una hoguera que se apaga y naufraga en el tiempo.
No existe el olvido porque el olvido  es el olvido del YO.

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