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jueves, 29 de noviembre de 2012

Canto sin palabras



Canto sin palabras, en silentes espacios del todo y de la nada, lo siento dentro, muy dentro, cantando en mi alma mis amores escondidos.
Canto sin palabras, el ambiente sonoro de grillos y cigarras, glisando las brisas, del temblor del ramaje, me sumergen en estos versos que me atrevo a cantar dentro de mí. Sin palabras en papeles que quedan en blanco esperando el momento que las letras los inunden de amores.
Los cocuyos encienden sus chispas intermitentes, vanidosos rivales de galaxias lejanas y la luna sobre el mar rielando en el oleaje, comprende soberana en el paisaje solidario mi canto sin palabras.
Canto sin palabras, cuando le llegue su momento, su día le llegará, vibrarán en hojas en blanco, temblorosas y tiernas. Volcarán sus sentires intactos, puros, que gozarán la virginal delicia de no haber sido vistas por ningún mirar, sólo cantos en mi alma fueron.
Palabras no hay aún, no se las puede nombrar, quién las busque en arco iris o en cielos iridiscentes nunca las encontrará, son cantos sin palabras.
Disfrutan esencial vida en mi yo interior como el agua antes de ser arroyo, lágrima o mar.
Canto sin palabras, ya les llega su día, su canto se escuchará cuando el día amanezca en un alba estival. ¿Qué color tendrán sus letras al llegar al papel que las espera? ¿Tendrán un color de cielo? ¿O de azul de mar? ¿O de verdes primaveras?
Canto sin palabras, ya comienzan a llegar por el aire, van y vienen tratando de alcanzar el silencioso papel que las atrae insinuante, querencioso y atrevido, deseando leer el canto, el que vino del alma.
Canto sin palabras, melodioso, como el trinar del ruiseñor posado en espumas, en frondas marineras. Así como el cielo se vuelve al mar y el mar al cielo regresa, las palabras de amor de mi alma van hacia la magia de las hojas en blanco y de ellas vuelven a mi alma, más sutiles, sentidas. Susurradas con lenguajes entremezclados con palabras que humedecen mi interior con lágrimas como lluvia recién mojada venida de mundos remotos pletóricos de amor y de eternas primaveras.

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