Déjame a solas, no quiero más tu amor frío y silencioso, es
húmedo río subterráneo en los tejidos de mi ser.
Déjame a solas, que no paralices mis sentidos, no deseo
recordarte ni un instante más.
Déjame a solas, ¡márchate ya! bramando en torbellino ciego,
llévate tu tempestad, volteando tu raudo mundo, déjame curar éste dolor
profundo que inunda mi alma de lágrimas como cataratas que la dejan vacía y sin
esperanzas.
Déjame a solas, nunca más quiero sentir que sabías a
silencio y a sueños y a tactos de deseos, sabías a mi mundo, a todo lo que
anhelaba, sabías a amor, a mi amor.
Quiero reír sin tristezas, llorar con sonrisas, ¡vete ya de
mi vida! ¡déjame a solas con mi nostalgia de tus besos y poder escuchar tu
melodía aún cuando estés lejos, aún cuando ya no estés!
No necesito tus ojos para ver ni tus labios para sentir, ni
tu alma para vivir, ni tu existencia en mi vida para sonreír ni te necesito
para saber amar.
Déjame a solas, no quiero lágrimas con emociones llenas de
ti y de mi llenando surcos de pasión, aclarando tristezas, llenando
melancolías, lágrimas que eran tan sólo para quererte y guardadas con
sentimiento.
Déjame a solas, soñándote en cada anochecer, sin colores,
sin esperanzas, sin anhelos, sin nada que me recuerde a ti, ni tus suaves palabras
en mis sueños que ilusionaron mares, que significaron tu presencia, secretos ya
idos de amores a voces.
El tiempo de amarnos entre tú y yo ya no existe, déjame a
solas soñar con el amor, caricias y besos verdaderos y plenos.
Alma sombría, no llegues más a mí, no mereces castigo ni
reproches, no te veré en el pliego más negro de la noche, ahora sin ti
brillarán más las lejanas estrellas.
Eres ya luz entre sombras que no me alcanza, eres flores
entre ruinas sin color ni aroma, eres falso clamor entre dulces caricias nunca
más encontradas.
Déjame a solas,
olvidarte casi en el borde del fracaso, en el final que asombra.
Ahora, sola al fin, una luz que el sol no sabe ilumina mi
alma con sus rayos de amor, límpido y brillante. Vivo en una claridad, en una
transparencia de paz en el gran milagro de un cenital esplendor por no estar
más a tu lado.
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