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sábado, 10 de noviembre de 2012

Mientras espero


Mientras espero inunda mi alma el perfume lejano de tu ausencia que acaricia mi piel y me abraza tu silencio.
Mientras espero me rodea un silencio de voces y ojos cenicientos de cristal y te amo en la espera en un letargo impreciso que arrastra en sus alas minutos y tormentas para acercar a mis caricias el fuego de tu piel.
Mientras espero borro el sueño de tu lejanía, mi delirio, mi ilusión, mi incertidumbre.
Mientras espero, te quiero en mi presente, en este hoy de cantos de cigarras, de trinos enjaulados, de flores indefensas y de cielo lleno de brotes blancos.
Y al sentirte, de mi alma se abren palabras nuevas, encendidas de amor, sílabas largas, versos áureos que acarician tu ser.
Mientras espero te siento como la sombra que me acompaña.
Te busco y te pienso, eres el que alimenta mi espíritu y calmas mi sed.
¡Ámame! Seré la sal de tu camino y el verde de tu sombra acogedora.
Mientras espero, lentamente me sumerjo en la nostalgia de tu ausencia.
Respiro desde lo hondo de mi ser esa presencia esquiva, plena de misterio que me niega tus manos y tus ojos.
¡Qué difícil es encontrarnos! Te encontraré mientras espero, a través del misterio nunca bastante claro y estaré contigo en el remanso de agua mansa, bajo la verde cabellera de un sauce.
Mientras espero, pensativa y triste oculto mi pena muy dentro y mi corazón palpita sin engaños, buscando la paz y la ventura, reviviendo lo que pudo ser y no fue.
Las preguntas me acosan, ¿por qué para poder tenerte en mí, no debo tenerte para mí? ¿Toda mía es la culpa de tu ausencia? ¿Será mi culpa? ¿Y tu miedo a amarme y ser amado?
Mientras espero, más te amo cada día porque estás en mí y la paz serena del amor que siento sacude mi soledad y me hace sentir que acaricio el pétalo de tu sombra y que sigo viva, existo, gracias a ti. 

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