Presagio, anuncian los tintineos de los cascabeles de bronce
o de cristal que ha llegado el amor a mi vida.
¡Oh, loas de alegría y felicidad! ¡Con qué emoción sus
frases hablan a mi corazón con rumores de profecías escondidas en los susurros
del viento que acaricia mi piel!
Presagio de amor, resuman de nuestros cuerpos, aromas de
azahares, de caléndulas que nos envuelven en nubes de algodón.
¡Con qué emoción sus tiernas y dulces palabras me llevan a
un edén, el esperado!
Un alegre cantar de frescas notas, augura el despertar de un
nuevo amor.
Vaticinio de lo que vendrá, se acerca con inocente ritmo,
con la suspicacia de besos, brazos y mimos y todo el paisaje canta.
La luz en los renuevos y en las nubes, el viento entre las
ramas, las flores húmedas de fragancias y el cristalino arroyo, anuncian la
buena nueva del amor encontrado.
Presagio, la música del alba con notas misteriosas traen a
mi alma fantásticos pentagramas plenos de dicha y luz por la felicidad hallada.
Mi corazón en un rítmico latir en cadencia inspirada, entre
un millón de compases subyugantes y arpegios cantarines danza una melodía
armoniosa y seductora.
¡El amor llegó! La predicción se cumplió.
Presagio de paz que ilumina mi alma y la del ser amado,
unidos en fuertes lazos entrelazados para siempre.
Augurio, la vida nos cambia en cualquier instante,
llevándonos en un alado idioma, sin palabras a un sendero de luces y ardientes
deseos de fundirnos en el hoy y en el siempre.
La predicción se cumple, feliz augurio, la claridad triunfa
y la calma inunda nuestras auroras, en nuestro alrededor todo canta, ríe y
llora de felicidad.
Presagiemos juntos, apostemos a más: amar sin límites uno
junto al otro, todo es posible…
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