Ya no tengo soledad, soñar
contigo es quererte entre luces y sombras por la tierra y por el cielo, entre
los cánticos de las voces de nubes y alas.
Nos encontramos entre trémulas
cimas de bosques muy altos, entre las piedras que el mar viste de grises y
azules, entre pájaros y flores.
En mi mente, mágicos momentos,
surcan mi ser entre pasiones ocultas, ilusiones y remembranzas de nuestro
querer.
Ya no tengo soledad, nuestras
almas flotan liberadas por los anchos espacios de todos los crepúsculos
como si fueran nubes o pájaros, hacia caminos ciertos y horizontes cercanos en
una música de vacío.
Ya no tengo soledad, desde lejos
mi amor como saeta al viento te busca y cae sobre tu pecho desde las honduras
de los cielos y ya parece que estamos juntos, que el amor es nuestro y dulces
son los besos que guardados estaban .
Es mucho mejor haber amado y
perdido que nunca haber amado y perdido, por eso la distancia no es ausencia,
los besos en los labios del aire de la noche, desde el lecho de tréboles y
techo de luceros te llegan guiados de manera misteriosa, para que puedas
sentirme tuya.
Ya no tengo soledad, siempre
están en nosotros, en nuestras memorias encerrados en arcones y atrapados en
redes, nuestros recuerdos que van enteros entre tú y yo para no abandonarnos
nunca y aunque no nos veamos estamos juntos unidos por lazos invisibles.
Nuestro amor viene de no sabemos
qué profundidades lejanas, sí de honduras de cielos y lo guardamos, parece que
está siempre aquí, guardado entre besos y caricias.
Ya no tengo soledad, mi alma
está con tu alma en un momento que llamamos infinito y todas las aguas, el
aire, los pájaros improvisan nocturnos, tocan su música melodiosa de alfabeto
romántico.
Ya no tengo soledad, las auroras
brillan más, borran noches, las estrellas se leen con miradas lejanas y claras
y las tierras más remotas nos unen en un callado sentir.
El tiempo borra al tiempo
dejando una gran hoja en blanco para que los códigos, las letras, los alfabetos
dejen en versos, los guiones de vida que estamos viviendo en este gran mar de
amor donde no hay soledad, sólo dos seres amándose a la luz de oírse y
musitarse en ese mundo de ellos dos.
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