Danza
circular, bailo la vida, siendo lo que soy, una y otra vez, me renuevo con las
estaciones del Universo y mi cuerpo es el cuerpo de todo lo que es.
Yo
soy la que soy, una con el gran Sol, soy esa esencia que nunca morirá… a pesar
de desangrarme por el camino, viajando los senderos que eligió mi corazón.
Danza
circular, rítmica, audaz a veces, sensual otra, lenta o vibrante, pero siempre
plena aún bailando conmigo misma pero dedicada a ti, mi amor.
Danza
circular, la bailo de madrugada con la espiral de la luz… bailo hasta que el
fuego sagrado de la noche se enciende, me libero y me desapego de todo, apego
con la música del cielo… ¡Ven, acércate, baila conmigo la hermosa danza de la
vida!
Danza
circular, apasiona el aire y vuelve leve la sed del amor, nacen los versos
entre caligrafías de perlas en un mar de pasión irradiando encantamientos y
concediendo dones como la dulzura de la miel, la caricia del musgo, el fuego
del mar.
Danza
circular, entre arabescos de luz, entre nervaduras del cielo y abrazos de agua.
Danza
circular, arremolina sentimientos y me deja en un espacio único, mágico,
irreal, imantando el alma con geometrías vegetales y tules de plata enredados
en mi piel.
Danza
circular, es contigo que estoy, amor, disolviendo la fragua de la pena que
quema, movimientos con resplandores, sin los siete velos, sí con estrellas
migratorias en arterias doradas, palpitando árboles y cuerpos enramados en
remolinos y ascensiones.
Danza
circular, la música nos envuelve entre capullos concediéndonos el don de amar y
se mueven resplandores como vuelos de arcángeles sin espadas.
Mis
pasos son pasos de una danza, bailo poesías entre colores y movimientos,
fogosos e intensos, creando espumas, nubecillas, jardines celestes, corolas
blancas.
Danza
circular, que comienza antes de que llegue el día, labradora, la aurora se
levanta entre estrellas rezagadas que con sus luces que aún recorren los cielos
por el mar aún van a sembrarlas.
Estalla
la danza entre mil sones redondos de eterna magia y esplendores, estallan en
los espacios claros, cubriendo de mitos que la luz guarda.
Danza
circular, eterna y sentida, todo baila, brazos, manos, pies y dedos y hasta los
ojos y labios tiemblan en rítmicos parpadeos y balbuceos de amor y cubren su
verdad guardada en lo profundo de su seno con latires gozosos y palpitantes
albores.
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