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domingo, 17 de febrero de 2013

Préstame tu luz


Préstame tu luz, la tuya, la que ilumina con fulgores mi cercado todo, dándome las rojas alegrías que burbujean intensas en el sol que redondea las armonías equidistantes en el humo danzante del amor.
Préstame tu luz, es el color del tiempo donde aun me atrevo a amar, ilumina mi mirada que creí perdida en una lejanía distante.
Te llamo hasta quebrar mi voz, por aso me derramo en llantos y sangra mi corazón.
¡Préstame tu luz, la necesito!, mis manos se angustian en el aire por el largo alumbrar del movimiento.
Quiero sentirla como se siente el agua del puerto, pensativa, calmada.
La gozaré en un temblor de hojas en que se paran gotas del cielo al suelo.
La quiero para soltarla al viento al son de mis deseos, eres la luz de mis mañanas que aguardo entre mis cantos, risas y sones de poemas que tú me inspiras, que caen sobre el papel como manchas florecida del azar.
Dame tu luz, no me dejes en las sombras entre las angustias, los deseos no cumplidos y el dolor de no tener la luz que no se tiene y el gozo de esperar la que vendrá.
Quiero colmarme con la claridad que tú tienes.
Vamos hacia ella los dos, nunca más solos.
Mundo de dos, verdad de dos, verdad paradisíaca iluminada por tu luz prístina y pura ya no mas días y noches solos.
Préstame tu luz la que abre mis caminos, y pone en sus finales embarcaderos con alas, en un nido nuestro donde nos encontramos con el alma y las manos, en suaves y aterciopeladas caricias y alegrías en un final cierto en nuestro existir.
Préstame tu luz, mi cuerpo tiembla, es la felicidad que esta ya cerca en su gran marcha subceleste, hollando nubes, quebradas, roquedales, a una velocidad de luz de estrella desde las lejanas constelaciones y mis ojos bien abiertos la esperan con frenesí y anhelos.
Es tu luz, la que buscaba, no luces soñadas, sólo la tuya, la que ilumina mi vida toda y se expande luciendo en mi alma su forma decisiva.
Me estremezco sólo de pensar que mi alba iluminada en desatada prisa me transporta a tu mundo, amado mío en alas leves hacia la felicidad del gran gozo de amar y ser amada.  

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