Soledad
de a dos, aislamiento de dos almas que estuvieron unidas en el ayer lejano,
ahora en un desamparo triste y melancólico, lloran llantos de tempestades.
En
noches solitarias, en el pasado, unidos formaban un solo ser, de a dos, unidos
por lazos que parecían indisolubles pero el tiempo los fue diluyendo en la
nada, quedando los espíritus en un total desamparo y de sombras se anegaron, de
tristezas y penas.
Soledad
de a dos, el tedio pesa y el silencio flota, despertándose dolores y hondas
congojas que parecen eternas como la flor desprovista de perfumes, ya que es la
que más prolonga su existencia.
Soledad
de a dos, sólo subsiste proyectos, proyectos arrumbados y corazones envejecidos
y mustios.
Lenguaje
de congojas que en las heridas de los pechos mora, escondido en lugares
secretísimos que descienden a lo hondo de las almas.
Y
entre las sombras voces se escuchan, leves, tenues, que dicen: ¿seguir?, ¡si no
se llega!
Ya
que seguir es luchar, ¡qué inútil lucha!
Ya
nunca más existirán los besos, aquellos dulces y tiernos en las frentes, en las
manos, en los cuerpos, aún sin ser tocados, se dormirá profundamente ese mago
azul de la mentira.
Soledad
de a dos, ¿qué persiste de todos los lirismos cultivados en esta hoy claridad
abrumadora, sólo frialdad de sentimientos, aislamiento extraño entre dos seres
que siguen juntos, entrelazados en la red de inercia del vencido y acabado
amor.
Soledad
de a dos, el ensueño y la melancolía, encienden los sueños donde la lucha
diaria y ardua agrandan la existencia para sobrevivir juntos en un temblor de
anhelos no cumplidos y esperanzas truncas.
Entre
ambos se alza la copa de la amargura, una antorcha incierta de una luna yerta,
errabunda y muerta, sólo existe una luz exangüe que devana como en un telar de
encuentros y desencuentros la tristeza humana.
Soledad
de a dos, que en una perenne inquietud encierra el deseo total de ser soledad
de a uno para llegar al interior consigo mismo donde mora la felicidad del
alma.
Soledad
de a dos, luz agonizante, que busca sin poder encontrar el sentido del existir
en esta vida del ahora, llegando a contemplar como en un espejo sin luz la
tragedia de ser tan sólo uno sin estar frente al otro.
Y
es de esperar en vano empeño en un intangible ensueño viviendo sólo en la bruma
que en una falsa ilusión se crea para continuar en un mañana sin futuro.
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