Ser
para ti lo anhelado, lo esperado, el amparo en tus momentos de tristezas, la
paz en el umbral de tu vida.
Ser
fiel reflejo en la claridad del alto espejo donde nos miremos juntos, llenando
tus ojos con el cielo infinito del sentir el mutuo amor que siembra en nuestros
corazones llamas de rosas entregadas al viento.
Ser
tuya, toda tuya, entregarme en tus brazos cálidos, perfumados de espigas y que
tus manos me guíen a las cumbres del lucero.
Ser
el reflejo de tu sonrisa, flotando en el devenir continuo de la vida, tu paz de
intactos cristales liberados de ruidos y de sombras.
¡Ah!
¡Si pudiera ser el manantial de tu dicha, que suavemente mane para sentirme
amada y protegida!
Ser
tu espera y tu cercanía para que mis palabras te lleven a mi silencio y entre
suspiros entrecortados hacerte sentir el amor que me inspiras.
Ser
en ti todo sentido, todo un pensar y grabarme en tu mente, estar en tu corazón,
en cada latido y convertirme en tu presente.
Quiero
ser parte de ti en todo momento, dejando tus espacios libres pero sí podernos
fundir en un mismo fuego, ser un solo cuerpo en una misma esencia.
Ser
en tu vida algo más que un instante, algo más que una sombra y algo más que un
afán, sí ser en ti mismo una huella imborrable, un recuerdo constante y una
sola verdad.
Ser
en tu vida una pena de ausencia y un dolor de distancia, algo más que una
imagen y algo más que el ensueño que venciendo caminos llega, pasa y se va…
Ser
en tus labios la risa, ser el fin y principio, la tiniebla y la luz, la tierra
y el cielo.
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