Dos
voces internas, ¿cuál es su diálogo? ¿qué temática las envuelve? ¿Por qué han
surgido dentro de mí, es que acaso necesito hablar y ser escuchada?
Dos
voces internas que se confiesan mutuamente dentro de mi alma, los mil misterios
ocultos en secretísimos rincones, muy recónditos que nadie, nunca, los
descubrirá, ¿por qué sucede esto? ¿Cuál es el ritmo cadencioso de estas
conversaciones íntimas?
Voces
internas que su centro fulgura como el agua con fulguraciones de fragua y en
los bordes casi al ras de la profundidad interna a rayas brilla la luz donde se
torna la quietud y las voces desaparecen sin promesas de regreso ni de espera.
Voces
internas, ¿Qué buscan? ¿A dónde me conducen? es un dúo interno que apacigua mi
alma buscando lo que nunca lograré hallar, alguien que se ofreciera a escuchar
mis cuitas, mis ansias, mis sueños, mis ilusiones y mis pensamientos íntimos de
un corazón siempre enamorado.
Voces
internas, aparecen y desaparecen sin saber por qué, en cualquier instante y me
siento sola sin mi interior colmada de ellas y como ilusiones que se disuelven
y evaporan como nubes, la tristeza me inunda.
Dos
voces internas, ¡no me abandonen nunca!, déjenme vivir con nuestros diálogos
íntimos, sin misterios ni penas, ni lágrimas prontas a desprenderse de mis
grandes pupilas invisibles
Dos
voces internas, prontas y sin prisas a trepar y dialogar en mi interior sin más
empeño de seguir la pura idea de ascender que el alma siente…
Si
mis voces internas callan y un no silencio recorre mi piel y en mi ser, en su
reemplazo queda un cielo gris y nublado, una melancolía que no pronuncia el
adiós…
Mis
dos voces internas callaron, su canción interna de ángeles y me dejaron sin
armonía mi corazón.
¡Oh,
dignas voces internas de la vida misma, las que dan energía, las que brindan
calor a mi corazón!
¡Vuelvan
pronto! ¡Quiero escucharlas con su tinte fino, con los colores de la emoción,
sin dejar silencio en un espacio lento ni nostalgia de su melancólico son…
No me abandonen, no callen,
no se en qué notas musicales se esconden, estén en mi corazón siempre dándome
el calor de la expresión y el palpitar de su diálogo.
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