Silencio
del alma, en unión todas las voces se acallaron y la paz inundó mi mundo
interior.
Silencio
imponente, todo impregnado de calma cual un toque de oración que desciende
sobre el alma y se hunde en el corazón.
Ondea
entonces un canto en mi ser enamorado de dulzura y aura fresca y la risa me
invade en trémulo esplendor entre el alegre cantar de nítidas notas.
Silencio
del alma, la luz me inunda y estoy con mi Yo interior que con inocente ritmo
despierta y me encuentra envuelta en renuevos y nubes flotando en la nada del
sentir acunado.
Todo
es música del alma con notas misteriosas en un silencio de paz y de sosiego, fantásticos
pentagramas de ensoñaciones dormidas que me conducen a mi interior, a rincones
y vericuetos en mi alma toda, encontrando un paisaje que canta y cantando me
cuenta aquellos misteriosos y subyugantes amores de los ayeres que creí
olvidados.
Silencio
del alma, la claridad triunfante vuelve en la nave de la nube blanca y la vida
se aclara, latiendo en cadencias inspiradas en recuerdos lejanos y vividos
intensamente.
Mi
corazón ajusta su rítmico latir a la cadencia inspirada con un millar de notas
que me subyugan y en un millón de arpegios me lleva hasta brillar con la
aurora.
Silencio
del alma, hasta mi corazón late en silencio vibrando con inmutable compás,
temblando a veces en la noche como gotas de rocío trémulas.
Silencio
del alma, me invade un perfume de paz, ternura y amor, gozan mis anhelos, se
oyen a lo lejos cantos en la lira y en mi alma vuelos.
Silencio
del alma, mi fragante edén, ¿qué bien a este bien se puede igualar?, creo que
sólo tus besos y oír tu sonrisa fugaz y clemente podría compararse a este bien
mío, de mi alma toda.
El
aire se hace más puro y en ti, aún en mi silencio, te pienso como con la luz
del rocío, el cantar del ave, el reír del río.
Silencio
del alma, ya borró todo lo sufrido, toda la húmeda neblina del pasado, ni
tristezas existen en mi luz crepuscular y opaca.
Floto
en un más allá distante, sola en una nada abierta y alborozada, sin oscuros
pensamientos ni obsesivas ilusiones.
Silencio
del alma, desapareció el cansancio y el desencanto y a través de la niebla que
es un velo, vislumbro la luz brillante del amor que me espera, todo impregnado
de dulzuras tiernas y promesas de ensueños.
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