Enamorada de la vida, es escribir poemas de amor, es
mirar el presente y aprender del pasado.
Enamorada de la vida es danzar con ella en el tul
vaporoso de la noche y del día encendiendo por doquier los corazones con fuerza
y energía, es desnudar el alma y derramar su esencia sobre el Amor que la
habita y la acompaña.
Enamorada de la vida es un ir y venir sosteniéndose en
las alas de los sueños que no se deshacen con el tiempo y es escribir palabras
con la pluma de la alegría y donde el amor y sólo el amor la inspira.
Enamorada de la vida es estar abriendo las puertas del
alma para vivir en plenitud las emociones sintiendo que alma y cuerpo son sólo
uno para sembrar y renacer en la fuerza
del amor.
Estar enamorada de la vida es saber que el silencio y la
soledad son nuestros compañeros de ruta, no encadenándonos a la triste estación
de los recuerdos.
Enamorada de la vida es jugar con la hojas de los sueños
y volverlos realidad, es conversar con la lluvia y escuchar su música galopando
en la fuerza del viento.
Estar enamorada de la vida, es no borrar las huellas que
han surcado nuestro destino, avivando esos fuegos grandes… ésos que son del
alma, bordando poemas para llenar de luz el mundo que nos rodea.
Estar enamorada de la vida es simplemente sentir como
cada día ella florece en una nueva melodía, es vivir en tierna primavera
distraída, entre tardes de estío, papel, palabras y largos frenesíes
impacientes de espera, a reunirnos en un pasional abrazo y en un beso ardoroso
que se llama ausencia.
Estar enamorada de la vida ¡qué trémula pasión me
embarga! es el triunfo gozoso del amor sobre las sombras de la noche eterna.
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