Después
de ti, todo, eres mi rincón de sueños y de anhelos, eres mi remanso en las
tempestades y estás en mi pedazo de cielo, eres mi aliento, eres mi verdad…
Contigo
ya no tengo miedo ni temor a la realidad.
Después
de ti, todo, mi amor está contigo en todo momento y en todo lugar, eres mi
razón de ser, no navego más entre la bruma de la soledad ni entre las nubes del
olvido.
Tú
eres mi todo, eres cada estrella que titila en la noche oscura, eres ese rayo
de luz que entra por mi ventana, eres mi respiración, eres mi ángel, eres tú mi
todo.
Después
de ti, todo, nos rodea el aire como una llama azul y como en el campo una
esmeralda ardiente en la que ondula el vago tul de una humareda transparente.
Tú,
mi todo, secas las fuentes del llanto e inundas las fuentes de mis deseos, te
presiento antes de tu llegada, percibo el aroma de tu cuerpo fuerte, vigoroso,
viril.
Después
de ti, todo, franqueaste las puertas de mis expectativas, lograste que tocara
el cielo con las manos sintiéndome plena en cuerpo y espíritu.
Eres
mi todo, con sólo mirarnos nos escuchamos sin hablar, el silencio nos rodea y
nos une.
En
un minuto sólo el pacto se siente total, nuestra dicha se desliza por nuevos
caminos, así se calma la furia de la pasión, en un instante.
¿Por
qué eres mi todo? Porque en una larga noche con luna que no censura nos
permitió fulgurar en el centro del Universo.
Tu
voz se acerca y con ella tu esencia del amor, la percibo, tus rasgos, tus manos
finas, tus besos cálidos: eres mi todo.
Después
de ti, todo, no puedo olvidarte en ningún amanecer, te necesito cerca de mí, no
hay soledad, ya es todo compañía y en tus brazos dejaré el cimiento de mi
plasmada memoria, despertando con el trinar de los pájaros y el perfume de las
caléndulas
Necesito
encontrar en la inmensidad, en el silencio de mis versos tus sentimientos que
me inspiran y envuelven mi vida entera.
El
todo es nuestro, explosión de placer y gozo, imposible escapar a tanta dicha.
¡Eres
mi todo!
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