Suspiros
del destino,
¿a
dónde nos llevan?
¿por
qué se ciernen sobre mí,
como
si mi alma fuera tan solo un suspiro?
Me
llevan a mi destino,
paraíso
sin lugar,
isla
sin mapa,
donde
vivimos felices los amados,
los
que amamos,
los
que nos conducen
a
una vida cierta y feliz.
Suspiros
del destino,
en
un puro volar sin hora,
quieta,
mi
vivir es mi salvación
que
sin saber por qué me lleva
a
estar enamorada de la vida,
escribiendo
siempre
en
menudos pedazos de papel,
en
pergaminos
trozados
por el viento,
en
páginas brillantes por el sol.
Milagro
de vivir
lo
sobrenatural de los suspiros
que
colman mi destino
que
quizás nacieron conmigo.
Es
un prodigio tan íntimo
el
que tú inspiras,
que
hasta el color del cielo,
o
tu voz,
o
tu risa,
inunda
mi vida en el aire
plenos
de suspiros
surgidos
del alma.
Las
sorpresas del mundo
lanzadas
desde lejos,
sobre
ti,
mi
amado,
como
olas en mansa espuma blanca
a
tus pies
se
te quiebran,
dóciles,
esperadas
y a
tu alma llegan,
desde
el aire lejano,
mis
suspiros de miel y amor.
¡Toda
la vida es única!
¡Qué
gozo que no sean nunca iguales
las
cosas que son las mismas!
Suspiros
del destino,
si
el vasto tiempo entero,
río
oscuro y sinuoso
se
escapa.
En
las manos nos deja
prendas
inmarcesibles
llamadas
días,
horas
en
que fuimos felices,
enlazados
entre suspiros tiernos y dulces
Por
eso los amantes
nos
prometemos
los
siempres
con
almas y con bocas.
¿Y
si no fueran los suspiros, suspiros?
¿Si
los suspiros fueran al estrecharlos y besarlos,
palpitaciones
encendidas entre el alma y el aire
como
hilos finos y delgados
miedosos
de ser escuchados.
Suspiros
del destino
¿Y
si hubiera otra luz en el mundo
para
que nos condujera
despacio,
sin
darnos cuenta
a
otro destino más puro,
más
fino,
más
leve
que
nos llevase a un mundo ideal.
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