Después de tu
amor,
no puedo vivir
en paz
te necesito
entre mis brazos
mi corazón
apura su marcha.
Ora explorando amores
ora andando comarcas,
te reclamo
cual necesitadas
gotas de
sangre
que mi corazón
al latir
hace correr
por mi cuerpo.
Y un torrente
de lágrimas
cual diluvio y
riada ahoga mi alma.
Después de tu
amor,
mi ancha
puerta está
sin cerrojos
esperando tu llegada.
Te quiero a mi
lado,
en cada minuto
de mi existir,
mi voluntad se
afana
casi tiene un
límite
en el umbral
de mi casa.
Un mar de letras
impresas
de poemas de
amor
esperan en el
dintel de mi alma
y como
marejada leal del mar
impetuosa,
quiere
acercarse a ti
con un poco de
gozo
y otro dejo de
lástima.
Después de tu
amor,
siento pena
por tantos sueños
muertos a mis
espaldas.
En mi entorno
me elevo
enhiesta y
altiva,
vertical,
necesariamente
buscándote,
absorbiendo
mis tormentas internas.
Mis poesías
están en su estuche,
cerradas al
mundo,
ya que no te
tengo a ti,
no quiero que
nadie las lea,
son tuyas
nada más
tuyas por
siempre.
¿Por qué esta
sed que crece desde adentro
urge el deseo
y trueca lo deseado?
¿Por qué este
inexorable dolor de no tenerte?
Después de tu
amor,
un ronco
sonido de mi voz,
se me estampa
en las venas
y no puedo
hacer un poema para ti.
Mi cuerpo se
estremece,
un temblor
pluvial se desata.
Aguarda
siempre con fervores estivales
pero mi
aliento ya no deja huellas.
Sólo oigo
cánticos tristes
y quejadumbres
de palabras sin versos
y hasta mi
corazón doliente
echó férreo
cerrojo
para que nunca
más un amor entre.
Después de tu
amor,
que nadie que
no seas tú
ose entrar
ni el tiempo,
que de los
sueños
suele la trama
cortar.
Después de tu
amor,
todo en mí, es
remolino
donde
confluyen todos mis raudales
que nos
arrastran tiernos recuerdos,
otros, se
encrespan
con furor felino.
Después de tu
amor,
ya nada fue.
No hay comentarios:
Publicar un comentario