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viernes, 9 de agosto de 2013

Vientos de amores nuevos

Vientos de amores nuevos
que se deslizan por mi piel,
dándome caricias dulces,
tiernas,
aterciopeladas
en mi blando corazón
que necesita mimos.
besos,
y signos de amor.
Vientos de amores nuevos
me buscan
y me persiguen
se mueven como alas batientes
por todo mi cuerpo estremecido
llenando toda mi alma enternecida
que sólo siente el amor nuevo
que hace tañir con campanillas de cristal
mi cuerpo entero.
Ayer acaricié  los vientos
de amores nuevos,
uno por uno,
buscando el verdadero,
el único,
el que me hiciera estremecer
de amor.
¿Es aquél?
¿O aquél otro?
¿O éste que se acerca suavemente?
¿O el que en silencio de amante,
roza mi piel?
Mis vientos de amores nuevos
hacen remolinos
con mis dos brazos
que giran
como molinos perdidos
desbrozando malezas
o blandiendo una causa.
Vientos de amores
como mariposas
que vuelan en el aire de la mañana
besando las flores
y llevando a caminos desconocidos
el polen dorado
que es filtro de esperanza.
Vientos de amores nuevos,
que como remolinos
confluyen
 todos mis raudales.
Miles de ojos
que no se alquilan
desde mi cabeza
miran hacia abajo
lanzando grandes lagrimones
que purifican mi cuerpo
para esperar el amor nuevo.
Vientos que velan mi vida
y frente a ellos
aprendo lo que soy:
soy un momento de esa larga mirada
que te ojea desde hoy,
desde ayer,
desde mañana
paralelos en el tiempo,
me protegen,
me cuidan
siento sus caricias.
Vientos de amores nuevos,
que entre giros
enlazan hilos de encaje.
¡Son una clase!
¡Son mi rumbo!
Me conducen entre peregrinaciones
a amores nuevos,
tiernos,
verdaderos,
arriban a mi cuerpo traslúcido
ya que llegan hasta el alma
y se quedan a mi alrededor
para que el hallazgo
sea al final,
trémulo de dicha
para que encuentre
al otro lado,
su cuerpo,
el del amor,
último y cierto.
Ese, que inútilmente esperarán

las tumbas. 

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