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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Amor compartido


Amor compartido
¿Cómo podemos vivir compartiendo
nuestro amor sin esperar nada a cambio?
¿O tan solo instantes breves de felicidad
para luego sumergirnos
 en nuestra soledad íntima?
Amor compartido
¿Podemos recibir,
 tan solo una pizca de ternura
en fugaces instantes,
sin sonrojarnos o sentir culpa?
 ¿Por qué, como una marca de la vida,
 el amor traspasa mis umbrales,
hurgando la raíz de mis sentidos?
Amor compartido
¿Cómo hacer para olvidar
que tu amor no es todo mío,
 que muchas de tus miradas
no se encuentran con las mías,
que parte de ti
se haya en otro lar
y que no llegas a encontrarte
 con mi luz que te espera ansiosamente?
Amor compartido
¿Por qué llegar a sentir
que la felicidad de haber sido dos
 no se logra siendo uno?
¿Cómo lo ha logrado alguien,
portador de sueños mudos,
 germinados
 bajo el dulce sabor de besos húmedos
 que ya no se acercan,
sólo distantes llegan sus reflejos?
Amor compartido
¿Aceptado o no?
¿Cómo soslayar la infelicidad
que nos hace llegar
a libar de la tortura
 su crecida ira desatada
en la corriente de la vida?
Amor compartido
¿Cómo ascender por los peldaños del deseo
hasta alcanzar la cumbre
de tu nombre en un grito sólo,
desgarrador y único
sin morir en el dolor y su agonía
 logrando la paz y bonanza?
Amor compartido
¿Podré estar ya siempre
 pensando en tus labios,
en tu voz, en tu cuerpo,
que yo misma te arranqué
para poder, ya sin ellos quererte?
Amor compartido
¿Por qué este afán mío
de hacer posible lo que tú no serás nunca:
mi amor entero y único?
¿Podré vivir sin tenerte a mi lado,
 en tu cuerpo todo mío
o es sólo el gran deseo inútil
de tenerte conmigo, a mi lado,
 en todo lo que haces, verdadero, visible?
Amor compartido
¿Te seguiré esperando por siempre,
con mi corazón de poeta,
después de volar por todo el universo,
regresando con las flores inmortales
que dejaré caer en tu regazo
 en presencias de lo imposible,
 de tu querer vivir conmigo, siempre?
Amor compartido
¿Te encontraré entre las dudas inciertas,
calando en lo más hondo
para ver si, al fin,
estabas entre la angustia desgarradora,
 hiriéndome sin dolor, sólo por señas
y sentir que me perdiste
en las últimas tinieblas del olvido?
Sé que estarás en las cimas de mis besos,
sin dudas y sin mañanas,
en el vértice puro de la alegría alta,
entre júbilos y risas,
 por placeres y gozos,

 apuntando el aire nuestro.

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