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miércoles, 4 de septiembre de 2013

Desafíos


Desafíos,
 la vida nos enfrenta en cualquier instante
en nieblas rojas de fulgor metálico
 a sucesos que nos provocan
 profundas penas
 y congojas sin fin.
Aspiramos sin darnos cuenta
ráfagas asfixiantes
de mudo asombro ante retos
que creímos no provocar
 y que como dagas de filoso filo
se clavan en nuestro corazón.
¿Cuál es la causa?
¿Qué provoca tanta desolación,
tanta crueldad, tanto dolor?
¿En qué lugares secretísimos y ocultos
se escondieron la solidaridad, la confianza,
la amistad, la ayuda mutua?
De entre las sombras
surgen provocaciones inesperadas
que rondan y avanzan
 hacia nuestras almas
 y como truenos errantes
 retumban con salvajes estampidos
 en nuestra paz interior
 quebrada con parpadeos de miedo y pesar.
Desafíos,
a veces en minutos, un desplante,
 una provocación sin causa justa
 hace que nuestro firmamento cruja,
 se desquicie
y la noche de una sombra oscura
 se hunda en nuestros ojos en tinieblas.
Desafíos, querellas inútiles,
episodios tristes, incidentes falsos
que causan una horda de fuego
en nuestro espíritu
antes pleno de amor,
de recogimiento, de gratitud a la vida.
Son instantes de bravatas no merecidas
 que como racha glacial
 toca nuestra frente
llenando los espacios infinitos.
Desafíos,
litigios que avanzan
bajo el soplo de un viento huracanado
 que sacude los árboles de la vida,
caen los pájaros muertos de los nidos,
vuelan las ramas, los ramajes rotos
y nuestro espíritu sufre
 y se mezcla con fantasmas aturdidos
 crujiendo sordamente el dolor
 que nos provoca la ira,
la desazón, el alarde inaudito.
Desafíos,
 nuestra alma humana
herida de amargura
necesitará otras manos
 para curar su pena
cubierta de mentiras difamatorias
y soberbias en un alarde aplastante.
Pero la esperanza poco a poco
 retorna a nuestro espíritu,
de nuevo el rayo entre las nubes vibra,
surgiendo de entre las hojas
 luces brillantes
proclamando la verdad y el amor profundo.
¡Por fin, desde la altura,
de un cielo azul profundo,
las estrellas de cándida hermosura,
 llenas de compasión y de ternura
dejan caer sus luces sobre el mundo!
Desafíos,
caerán débiles y medrosos
a hundirse en oscuros huecos
de secretos ocultos
y la fe se elevará segura
en su dulce amor a la vida,
en un fulgor de alboradas
con música de brisas
de nuevas primaveras.
Así las almas como estrellas errantes
 iluminarán la amplitud del cielo
entre ilusiones de un vivir de amor
 que se cubre de poesías

 en nuestros sueños serenos y anhelados.

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