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martes, 3 de septiembre de 2013

Coloquio íntimo


Coloquio íntimo, secreto, misterioso
de dos que se aman
y mi alma tiembla al sentirlo venir.
Cariñosas memorias
que vibran cual sones de violines de amor
entre presiones de nuestras manos
al son de las palabras que juegan,
 que palpitan entre calor de besos.
Coloquio íntimo entre caricias y ternuras
 en un lenguaje mudo,
con nuestras trémulas manos asidas
con el fervor de los que aman,
palpitando en los labios
los besos entre ambos,
hablamos sin voz ni palabras.
Son momentos de dicha suprema,
 temblorosa,
en los que nuestros espíritus hablan.
Coloquio íntimo, breve pero intenso,
necesario para nuestro existir
por los tiernos momentos inolvidables
que vivimos al son de nuestros gozos
 que no pasarán al mundo del olvido.
Coloquio íntimo,
 surge entre suspiros
cuando la tarde apaga sus colores
y los astros encienden sus lumbreras,
 cuando se duermen las aves y las flores.
Coloquio íntimo,
diálogo de dos espíritus
que tiemblan bajo la luz de la luna
que el paisaje baña.
¡Amor!,
un instante detén allí el vuelo,
murmura tus himnos de triunfo
y recoge las alas.
Conciliábulo de íntimos secretos,
lucero de mis mañanas,
quiero seguir tus pasos
y darte todo mi amor,
dame tus manos, iremos juntos
a gritar fuertemente un te quiero,
 mientras la luna muestra su blanca hermosura.
Coloquio íntimo, nuestro,
 enamorados de vivir,
amándonos en un paraíso claro
 donde se cruzan luces y sombras
entre besos, goces y pasiones
que movilizan brisas tiernas
y cubren con verdes esperanzas
los vergeles que súbitamente
dibujan diestramente
arabescos celestes con luceros.
Coloquio íntimo que nos hace vibrar
como notas, cantos y músicas
de campanas vibrantes de plata
 y el verso como pensamiento puro
surge con imágenes resplandecientes
como burbujas de oro en campos de flores
y recuerdos deliciosos
que vuelven y nos dejan
entre nardos empapados de rocío.
Coloquio íntimo,
 juntos estamos perdidos
en las vagas visiones
 que cruzan en hora felices
 los cielos del alma.
Con las trémulas manos asidas,
con el mudo fervor de los que aman,
 palpitando en los labios los besos,
 las caricias tenues,
entre silencios que crecen
y nos envuelven
en tibias brumas de pasión.
Coloquio íntimo,
quiero ahora, en esta hora inocente
sentarme en el umbral de tu mirada
y despertar cada día entre tus brazos,
susurrándonos palabras de amor,
respirando como flor

que se abre al viento.

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