Coloquio íntimo,
secreto, misterioso
de dos que se aman
y mi alma tiembla al
sentirlo venir.
Cariñosas memorias
que vibran cual sones
de violines de amor
entre presiones de
nuestras manos
al son de las
palabras que juegan,
que palpitan entre calor de besos.
Coloquio íntimo entre
caricias y ternuras
en un lenguaje mudo,
con nuestras trémulas
manos asidas
con el fervor de los
que aman,
palpitando en los
labios
los besos entre
ambos,
hablamos sin voz ni
palabras.
Son momentos de dicha
suprema,
temblorosa,
en los que nuestros
espíritus hablan.
Coloquio íntimo,
breve pero intenso,
necesario para
nuestro existir
por los tiernos
momentos inolvidables
que vivimos al son de
nuestros gozos
que no pasarán al mundo del olvido.
Coloquio íntimo,
surge entre suspiros
cuando la tarde apaga
sus colores
y los astros
encienden sus lumbreras,
cuando se duermen las aves y las flores.
Coloquio íntimo,
diálogo de dos
espíritus
que tiemblan bajo la
luz de la luna
que el paisaje baña.
¡Amor!,
un instante detén
allí el vuelo,
murmura tus himnos de
triunfo
y recoge las alas.
Conciliábulo de
íntimos secretos,
lucero de mis
mañanas,
quiero seguir tus
pasos
y darte todo mi amor,
dame tus manos,
iremos juntos
a gritar fuertemente
un te quiero,
mientras la luna muestra su blanca hermosura.
Coloquio íntimo,
nuestro,
enamorados de vivir,
amándonos en un paraíso
claro
donde se cruzan luces y sombras
entre besos, goces y
pasiones
que movilizan brisas
tiernas
y cubren con verdes
esperanzas
los vergeles que
súbitamente
dibujan diestramente
arabescos celestes
con luceros.
Coloquio íntimo que
nos hace vibrar
como notas, cantos y
músicas
de campanas vibrantes
de plata
y el verso como pensamiento puro
surge con imágenes
resplandecientes
como burbujas de oro
en campos de flores
y recuerdos
deliciosos
que vuelven y nos
dejan
entre nardos empapados de rocío.
Coloquio íntimo,
juntos estamos perdidos
en las vagas visiones
que cruzan en hora felices
los cielos del alma.
Con las trémulas
manos asidas,
con el mudo fervor de
los que aman,
palpitando en los labios los besos,
las caricias tenues,
entre silencios que
crecen
y nos envuelven
en tibias brumas de
pasión.
Coloquio íntimo,
quiero ahora, en esta
hora inocente
sentarme en el umbral
de tu mirada
y despertar cada día
entre tus brazos,
susurrándonos
palabras de amor,
respirando como flor
que se abre al
viento.
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