Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 15 de febrero de 2013
Te desvaneciste
Te
desvaneciste, por no estar contigo en este hoy, en este ahora, crece en mí una
hiedra pálida de dudas que ahogan mi pensamiento y detienen las horas de la
espera inquieta y desazonada, la ramazón de hiedras que sacude el viento.
Si todo
pensamiento me sabe a tu presencia, no puedo dejar de extrañarte y ya me es
imposible disimular tu ausencia ya que de esta agonía nada puede consolarme.
Te
desvaneciste, ¿a donde están la magia y la fantasía de tenerte conmigo?
Nada en
esta tierra libera a mi alma de la inquietud que la aprisiona cuando me faltas,
cuando no estás…
Te
desvaneciste, debo dejarte de sentir, de extrañar, de pensarte en segundos tan
sólo para que otros amores se muevan en mi pecho, para que sean un mar a mis
sueños y a mi olvido.
No quiero
sentir más el eco con tu nombre ni la agonía de tu ausencia, ni el manto tibio
de tus manos, anhelo y necesito otra luz con mirada nueva que haga resurgir
brioso, salvaje, victorioso, un nuevo amor que en mi pecho vibre y que un
frescor enternecido bañe con mil caricias mi cuerpo que será un mármol tibio.
Te
desvaneciste, eres ahora apenas un recuerdo lejano, un nuevo amanecer hizo que
la tristeza se fuera al pasado del ayer que sólo oscurecía mis días, ahora
comenzó una primavera ardiente y feliz en mi ser.
Después
de tu ausencia en volandas sueño otras mañanas de colores, que me llevan a los
fondos de mares y de glorias encontrando el amor verdadero, único.
Vibro,
tiemblo como una mariposa de fuego y tormenta, corazón con alas con aleteos leves
entre latidos temblorosos y de suaves cadencias en ansias verdes, azules, en
ondas y curvas entre aromas de madreselvas.
Te
desvaneciste, no existes más, naufragaste en un mar de inestable equilibrio, tu
nombre quedó en el agua sumergido, ya no volverás más a mis pensamientos.
Ahora
quiero vivir no en un vacío eterno sino en una creencia de estar juntos en el
ahora mi nuevo amor y yo en un mundo nuestro.
Ya no más
tu añorada presencia, ahora crece hacia dentro de mis dedos la suavidad de una
nueva piel cálida y al llamado de sus ojos se alza de mi sangre la poeta y mis
versos cantan y se reflejan en los cielos azules y horizontes lejanos.
Hoy tú no estás
Hoy tú no
estás, en mi presente no te veo y mi corazón se estruja, la sangre palpita
despacito y por mis mejillas caen las lágrimas que nacen de mi alma dolorida.
Me paro
en el recuerdo para poder hablarte y me descubro andando caminos ya recorridos,
momentos que vivimos, irrepetibles horas que no fueron eternas y se llevó la
aurora.
Hoy tú no
estás, es una espera larga y el pasado sin tiempo se escurre entre las manos
dejándome de nuevo con mi dolor a solas, un eco de palabras y tus ojos que me
acarician el alma como vuelo de alondras.
Hoy tú no
estás con paciencia, calma, con el viento te seguiré buscando en las hojas del
jazmín, entre las olas del mar, en las canciones, en las esquinas, en los
pliegues de mi piel, en el silencio que me mata.
Hoy tú no
estás y la espera en mi alma es tuya, en el sabor de tu deseo, en mis lágrimas
que ansían encontrarte en poemas olvidados.
Hoy
cansada te seguiré buscando atenta, expectante, anhelante en mis sueños de hoy,
mañana, mi amor de nuevo esperaré tu presencia a mi lado y pensaré que susurras
en mis oídos diciéndome que me amas.
Te busco
y siempre tú apareces, miradas, suspiros… ¡ay amor de mil amores, amarte será
una profecía!
Y
guardaré este amor muy secretamente porque buscarte será siempre tenerte muy
cerca de mí.
Hoy tú no
estás custodiando el hechizo de mis sueños y entre el follaje de tu prado y en
el fresco temblor de su rocío, creo verte y mis ansias se colman de alegría y
repaso la ciudad, exploro el río e indago por el mar por mí cantado.
Hoy tú no
estás en el verde levantado del árbol dónde pierdo mi albedrío, ni en el viento
caliente del estío, ni en la orilla del mar enamorado.
Hoy tú no
estás y la espera es larga y sombría pero con el ruido de mi aliento te seguiré
pensando en mi silencio, mis pupilas se encenderán temblando y mis labios en
una llama angustiante y quejumbrosa te seguirán llamando.
Iré por
tibios rincones, abriré mis puertas para que el sol te ilumine y te indique el
camino hacia mi querer.
Hoy tú no
estás, te esperé con ansias en mi larga noche, inmóvil contemplé las estrellas,
grité con fuerza tu nombre y sólo una luz azul bañó mi rostro.
Infinita espera
Infinita
espera, si no me tienes, si no estás a mi lado, mi sonrisa es fría y sólo queda
un abrazo triste.
Inútil
que te busque y te persiga debajo de la piel de mis sentidos, se mueven tus
distancias como alas, ¿por qué no vuelven tus labios a los míos?
Infinita
espera de amorosos recuerdos, tristezas lejanas, cariñosas memorias que
vibraban cual sones de un esperar. Añoro la presión de tus manos, las noches de
fiesta a tu lado.
Infinita
espera, ¡cuán larga es esta desesperada nostalgia!
Días que
brotan llenos de tu ausencia en la esencia de mi vida pasando a mi lado
indiferente.
Infinita
espera de luna plateada como espada en cuyo filo duerme el amor, me duele el
alma donde anida el trueno cuando tu cuerpo se va como un rayo que no hiere,
mata.
Mi
melancolía se llena de añoranzas de pensar en tu voz dulce y armoniosa.
Infinita
espera, tu mirada que añoro en mis noches solitarias, erizaba mi piel de claros
reflejos de luces cálidas y tenues.
Me niego
a despertar y no tenerte a mi lado detrás de tu perfume que se negó a partir.
En
oleadas de vientos y humos renace la esperanza de que esta infinita espera
llegue a su fin, tú vienes…
Y yo
sueño que Hoy… tal vez mañana… quizás un día yo estaré en tu destino, abrazada
a tí como tu amada amante.
Infinita
espera, llega de improviso el idilio esperado de vida sonriente al sentir tus
pasos nuevamente.
Enséñale
a mi boca que te nombra que has escuchado mis llamados para apoyar mi amor
sobre tus hombros en la luz matinal que brilla de claros surtidores en la
espuma de la esperanza de que la espera llegó a su fin y con sus nubes el
poniente fragua y otro cielo rosado y verdeoscuro en los espejos trémulos del
agua nos reflejó a los dos.
El pálido
rocío de tus ojos se encendió por altísimas veredas y al dar tu corazón el
primer impulso volcó por mis sentidos sangre nueva.
Infinita
espera, ya no existe, tu estás apoyado en la mañana llenándome de luz, de
primavera mi alma ascendiendo la vida por tus hombros y en tus manos temblando
una estrella, un aire estremecido de ternura llena mi mundo interior con tu
presencia.
¡Vibrad
liras sonoras del espíritu! La infinita espera ha terminado.
¡Álzate
inspiración, la mujer poeta canta!
Traición inesperada
Traición
inesperada, que raya el silencio del espacio, confié y amé con alegría y
felicidad pero un viento huracanado, violento, azotó mi alma, era la mentira,
el engaño de tus palabras.
Como en
una inmensa alfombra de esmeralda, el mar se ensanchó del espeso espacio que
cubría mi cuerpo rodeando con caricias falsas las que creí verdaderas.
Inútil te
busqué y te perseguí debajo de la piel de mis sentidos, te entregué mi espíritu
abierto a esperanzas que tú hipócritamente despertaste en mí.
Traición
inesperada, te fuiste sin decir palabra, moviendo la distancia como las alas
batiendo por detrás de mis oídos, fatigando mi corazón y mi respiro entre tus
cantos de notas aterciopeladas y poemas de amor que me entregaste con mentiras
ciertas y dolorosas.
Traición
inesperada, parecías un guerrero de indomable valentía pero al falso golpe de
tu lanza al polvo rodaste detrás de mi camino.
Fuiste
para mí, en un primer momento un bizarro caballero pero atacaste de frente, a
la perfidia a la traición.
¿Dónde,
dónde se han escondido, en que lugares secretísimos la sinceridad, la bondad,
la solidaridad, la ayuda mutua, el frescor de las almas?
Busco y
vuelvo a buscar y sólo se asoman entre ramas oscuras las mentiras, las
falsedades, los malos que acosan a los seres buenos.
Traición
inesperada, lentamente me sumerge en la nostalgia de tu ausencia, me ahogo en
tu silencio, respiro esa presencia esquiva que me niegan tus manos y tus ojos.
Extraño
tus palabras, tus canciones y veo en el recuerdo tu imagen juguetona
recorriendo mis cabellos con tus dedos y haciéndome promesas vanas de ilusiones
que no ocurrirán nunca.
Traición
inesperada, traición al fin, desapareciste ocultándote en la nada, ya no eres
nadie, ya no eres nada.
El verso
ahora me hace resurgir de las heridas que tú causaste y mis pensamientos puros
afloran y bullen como hirvientes imágenes con esperanzas nuevas y continúo
luchando en este mundo frío que tú dejaste.
Renazco
del orbe donde me sumergió la nostalgia de tu ausencia, respiro en un nuevo
aire perfumado seduciéndome en un arco iris de sueños ocultos, renovados, donde
hay mil caminos para recorrer con pasos firmes y agigantados, sacudiéndome con
el aliento de su brisa azul y ágil, naciendo amaneceres con canto de besos en
brazos, danzando un ritmo anhelado, sin culpas ni desasosiegos, sin rutinas,
sin miedo a amar y ser amada.
Manto de flores
Manto de
flores, me envuelven con su fragante aroma y su cadena de colores, rojos,
amarillos, blancos, lilas y su dulce perfume perturban mi alma plena de amor.
Entre
rosas, nenúfares, amapolas, azahares, azucenas, almendros en flor, dalias,
tulipanes, calas, aterciopelan mi cuerpo y me inundan de dulzura y paz,
aureolan mi ambiente.
El amor
es como la flor todavía en capullo bello donde ha brotado pureza, suavidad,
delicadeza, pasión.
Manto de
flores que a su través me lleva al mundo de tus brazos, me siento cobijada,
amada entre colores y perfumes.
En el
aire sensual y tibio de la tarde me acarician sus pétalos, es un manto dulce,
mágico, luminoso, que nunca se olvida.
Como el
arco de los cielos sus olores llegan y crecen y luces me envuelven y el ángel
verde de la esperanza me llena de alegría.
He
perdido el miedo en tus brazos que me estrechan poderosos con la fuerza del
amor.
Manto de
flores, el lirio de la ternura crece en la pradera celeste del agua como los
nenúfares en flor quietos y anhelantes que parece que esperan las canciones que
alguien los acompañe en su danza de círculos.
Los
camalotes cándidamente se asoman, castos y libres y las aguas nos brindan sus
vestiduras de melodías haciendo que nuestra total entrega sea duradera y
dichosa.
Mantos de
flores, la lluvia se inicia ya, las nubes en su tránsito lento hacen brotar los
retoños luminosos, que crecen libres en las ramas perfumadas haciéndonos sentir
entre vergeles floridos caricias nuevas.
El
radiante césped trémulo se viste de perlas de agua, dando a nuestro amor
frescura que espera botones, capullos y tenues lazos que entre grises y rosas
se entrecruzan.
Manto de
flores, en la calma de unos pétalos nuestro amor resurge, se retrata fiel,
entre rosales y madreselvas con comunicativa ternura.
Olor de
nube en la flor celeste, en la tierra verde, en tus brazos mis manos leves
encuentran los carmines que busco.
Manto de
flores, feliz la nube de mayo, que es ésta o aquella rosa, déjenme vivir feliz
con mi amado entre guirnaldas florecidas, límpidas y libres, y entre
enredaderas de campanillas azules aquellas que allá se asoman.
Bajo la
esmeralda temblorosa, amado mío, te veo y te siento con corona de jilgueros y
pétalos de amapolas, siguiendo yo alegre tus pasos hacia las islas y los
bosques florecidos del sueño.
Soy
feliz, estoy en el valle perfumado de tu ágil cuerpo y en tu regazo me dejo
caer cual frágil flor recién nacida.
Después...
Después de estar juntos, mi vida cambió, tu perfume lejano
perdido en tu ausencia, satura el recuerdo de nuestras noches de amor.
Flotan en el aire letras, sílabas, surgidas de una pluma
mágica que suenan como dulce melodía como escapadas de mi alma hojas frescas
del adiós.
Después del letargo imprevisto, impredecible, que arrastra
en sus alas minutos y horas vividas ya lejanas, vivo hilando ilusiones y sueños
para encontrar ese imposible amor verdadero.
Debes marcharte con tu gris ausente, con tu piel de
viento, con tus alas asfixiantes, con tu amor que ata.
Después comenzaron los adioses, lentos, enredados, sin
explicaciones ni tuyas ni mías, adioses de lágrimas y de cantos tristes y
riendo y llorando nos separamos una vez más sobre el agua del adiós de
soledades insalvables, de distancias imperdonables.
No hay más nido, tú volaste, fuiste un cuento, un sueño
roto, un espejo sin reflejo atormentado muñeco de papel, seguiste tu sueño
solitario.
Después la página en blanco se tiñó con letras, poemas,
frases, surgidas de lo hondo de mi alma que renace otra vez, despierto entre
dulces músicas antiguas que suenan como fantasías de metal, como agua fresca de
manantial.
Después quisiste volver pero no encontraste lo que ayer
dejaste, ya otro amor como gran alma mágica tocó a mi corazón y río y canto,
soy feliz otra vez, veo el horizonte desde otros brazos y cierro los ojos y
escucho rumores y caricias nuevas, tú ya eres tan sólo una voz lejana.
Después ve tú donde quieras, sigue, si quieres creciendo,
yo ya tengo nuevas ansias, nuevos latidos que bailotean en mi alma, ya no
existes, te siento como una sombra.
Ahora vivo el momento más perfecto, tan sin par, tan
verdadero, tan único, tan buscado, es la hora de soñar lo que anhelé por
siempre, exultante de pasión, tan plena de deseo de ser amada, de ser
acariciada y besada, regalándome vida.
Después encenderé la lámpara de las promesas y del amor
deseado y mis labios no estarán más solos ya que en delicias de besos estarán
impregnados, besos presentidos y deseados.
Después el fino aliento de un querer apasionado, de una
entrega total que sin querer brota como un río de caricias.
Después… todo, vivir sin miedos, dudas ni llantos.