Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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jueves, 30 de mayo de 2013
Somnolencia
Somnolencia,
instantes mágicos y fugaces
que en el amanecer me
acunan,
me miman,
hacen que mil
pensamientos se crucen,
se enreden,
se enlacen
como bajo los efectos de
un encantamiento.
Y trazo un círculo de
sueños
en torno a mi vida
para que uno tras otro se
hagan realidad.
Somnolencia,
sueño semidespierta,
escapo de la realidad,
a veces fría y cruel,
fantaseo,
imagino eventos maravillosos
y momentos inolvidables.
En alas del sueño
se puede encontrar el
destino.
Gracias a estos instantes
imprevistos,
no buscados,
es posible encontrar
objetos perdidos
y personas amadas
que se alejaron ya,
de nuestra vidas.
Somnolencia,
en la penumbra de mi cuarto
invento diálogos,
percibo hasta el más
pequeño ruido
y desde mi ventana
entreabierta
llega hasta mí
el murmullo del aire
al acariciar la hierba,
el canto de los grillos,
el roce de las ramas.
Quisiera tenerte a mi
lado,
en silencio,
en este momento único,
en una comunicación
mágica,
sin hablarnos,
entre un intrincado
ovillo de pensamientos,
jamás expresados,
todo aquello que nos
impide
ser espontáneos.
Somnolencia,
letargo no esperado,
siento que estoy bajo los
efectos de un encantamiento en un fugaz instante del alba,
perfumes,
luces,
formas y sonidos
me apaciguan los sentidos
en un riesgoso y repetido
juego,
pero aún así, pienso en
ti, amado mío.
Detrás. la espesa niebla
del misterio.
En mi sopor,
mi entendimiento,
tanto más se afana
por descifrar enigmas y
señales.
Somnolencia,
adormecimiento
que en las dulces horas
después del sueño
me inundan entre
palabras,
poesías no escritas,
frases no dichas,
destellos de luz
que en mi mente se alzan
y me siento en esos momentos,
feliz y plena,
creo estar contigo
y no lo estoy,
siento que estoy entre tus brazos
y no lo estoy,
siento tus besos buscados
y no los encuentro.
Somnolencia,
luz cenital,
perfecta y diáfana,
fui feliz en ese lapso de
sopor en el que,
ninfas del amor corrían
por mi piel
en un perfecto momento
donde mi cuerpo adormecido
dormía junto al tuyo.
Somnolencia,
siento que duendes y
ángeles
acogen mis sentimientos
perfeccionándolos
e inventando matrices singulares,
insertando una pizca de sangre aquí,
una gota de sueño allá
para que el mágico instante
no desaparezca
y mi felicidad al pensar en ti
no termine,
sea sólo un comienzo nuevo.
Frenesí de pasión
Frenesí de pasión, exaltación y delirio por estar
junto a ti, sentirte a mi lado en un arrebato de entusiasmo y alegría.
¡Qué felicidad es la apoteosis del amor!
Tu fragancia me atrapa, golpea todos mis sentidos,
me deja llevar por la pasión, no veo más allá de donde estoy, se me nubla la
vista al mirarte, mi cuerpo sólo desea fundirse con el tuyo y amarte.
Frenesí de pasión, me invade una intensa emoción al
estar entre tus brazos, mis labios buscan con ansia el antídoto de tus besos.
Necesito colmar el sonido de tus susurros y poseída
estoy por el delirio con sólo mirar tu figura.
Frenesí de pasión, el deseo recorre cada rincón de
mí, acaricio tu piel de melocotón, beso tus labios con sabor a guayaba, tu
cuerpo sabe a fresa y limón y tu aliento a fruto de la pasión.
Eres una macedonia para mí, agitas mi interior con
tus dulces miradas de miel que saboreo poco a poco para alimentar la pasión de
este loco frenesí.
Tu voz ya no es ausencia, eres el eje de mi intenso
amor y en torrente de ardores haces que vuelen locas las blancas aspas
apuntando hacia el cielo, uniendo nuestras manos en ansias de abrazos y besos
intensos.
Frenesí de pasión, en prolongado vaivén en la
semipenumbra escalamos juntos la hiedra silenciosa.
Enredada entre las ramas de tus bosques de
almendros eres mi dueño, eres el dueño de mi sendero de la grama y de la blanca
aurora.
Como vías de amor pasa un aire domado por donceles,
ramas verdes que cercan mi sosiego, pasó un viento en mis labios y al volar ha
guardado tu nombre en mis joyeles.
Frenesí de pasión, eres tú el solar que corona mis
vientos serenados y el río donde boga el artificio de tu sol y mis poemas, mis
cánticos de amor unánimes para ti, dan brillo a mi mirada y mi alma se entrega
plena a todo tu amor.
Frenesí de pasión, cae el pulso agitado de la
sangre sobre el plato sonoro del silencio, quema la llama hirsuta de tu frente
como un ave de marfil en primer vuelo.
Frenesí de pasión, muerta de amor en lecho
entibiecido, pasto de celo en huerto clausurado, corazón por tus flechas
percutido, así estoy en tus islas encallada ya que hambrienta de amor soy una
llama que reclama tu abrazo eterno.
¡Qué dicha sin sonrojos los que por mi rostro
titilan ya que corre por mis venas el deseo de estar siempre contigo!
Amor perdido
Amor perdido, ¡qué dolor!, ¿sabes? ¡Perder al amor!
Es como arrancarte el corazón en mil pedazos y toda
la luz del alma.
El amor se lleva en lo hondo de la sangre, el sol
que te compaña y te reviste, brazo en que te apoyas por el camino incierto del
vivir, escudo que te resguarda el pecho de muertes o borrascas.
Amor perdido, ¡quiero llorar entre escombros!, nos
separamos tú y yo en la cuesta para siempre.
¡Algo de mi luz en el polvo se ha perdido!
El miedo a no poder encontrarlo ahuyenta de los
ojos las palomas del sueño entre clamores de lloros y penas, apurando en la
breve llama la inmensidad del tiempo.
Amor perdido, ha de haber un portal sin cerrojos
por donde podré entrar y como atisbando de a poco te buscaré entre la raíz de
los quebrantos.
Otearé para estar otra vez contigo desde las
colinas cercanas y veré el fulgor que tú irradias desde la lejanía y así
secarás las fuentes de mi llanto.
Amor perdido, en la flor te recuerdo y amorosa te
exalto, guardando en mis entrañas los bálsamos de tu amor y mi secreta lumbre
que ilumina de a poco mi pecho cansado se refugia en el orillar del mar bajo
las blancuras del astro.
Amor perdido, ¡que hundimiento del mundo!
Un gran horror a columnas quebradas, tiempos sin
imágenes, cielos intemporales, entre estíos e inviernos.
Amor perdido se extinguieron las alegrías, las
risas, las danzas, pero perduran las frases de amor, aquellas que te escribí
con todo mi corazón.
Ahora, sin tenerte, todo va hacia atrás, la vida se
va quitando frenéticamente horas, minutos, segundos de encima, destejiendo,
galopando su curso del lento existir, queriendo borrar recuerdos, historias
para hacer otra vez el anhelo de volver a empezar otra vez.
El futuro se llama ayer.
Ayer oculto, secreto, escondido entre verdes follajes,
de esperanzas, hay que empezar otra vez, reconquistar la vida con toda el alma
y todo el corazón detrás de aquellos otros ayeres conocidos.
¡Vamos hacia el mañana entre estrépitos besos,
inventando las ruinas del mundo, de la mano tú y yo por entre campos florecidos
de amapolas ondulantes!
Y ya no más amor perdido, amor encontrado entre
tactos, abrazos, piel, entregándonos al palpitar de sentirnos juntos, sin caos
ni penas, sólo luz y belleza del vivir.
Amor perdido, encontrado entre la luz del alba y las
estrellas escondido, tendiéndonos las manos para coger las nubes, las flores,
las alas, los mil sonidos del aire para existir flotantes en el puro vivir,
salvados por milagro de no estar más juntos y así estrenar el beso, el amor,
sin sufrimientos ni quebrantos.