Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
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viernes, 28 de junio de 2013
Vivir amando
Vivir amando
sólo hay que vivir la
vida
que te conduce entre
alturas del mundo
sin sentir la fatiga
de haber subido como
recompensa
de vivir amando.
Mi ser en prosa,
en velocísimo viento
atraviesa la vida en
segundo, minutos, horas,
sin que se caigan o
destruyan
todo lo que deseamos.
Nuestros esfuerzos
que cuestan a veces
sollozos
a veces risas que como
rosas secas
te alfombran el paso
convirtiendo los días en
peligros en llamas
al vivirlos con toda
intensidad.
Y entre galardones de éxitos,
triunfos, amores
milagrosos,
prologamos el hecho
máximo de amar
con la pena y el pecho.
Conquistando en afanosas
lides,
entre gozos parecidos a
juegos,
días, tierras, espacios
fabulosos,
a la gran disyunción,
que está esperando
hermana de la muerte
o muerte misma.
Vivir amando,
medalla que merece
recibirse,
cada beso perfecto,
aparta el tiempo,
lo echa hacia atrás,
para ensanchar el mundo
breve
donde pude besarse
todavía.
Va en el llegar,
ni en el hallazgo,
tiene el amor su cima,
es en la resistencia a
separarnos
en donde se le siente,
desnudo, altísimo,
temblando.
La vida es un trofeo
La vida es un trofeo,
que vivimos
intensamente,
con alegrías y pesares
pero sintiendo la fuerza
de luchar, de
prodigarnos, de dar amor por doquier.
La vida es un trofeo,
donde la cual escribimos
poemas
para unirnos en un largo
puente,
para salvar al mundo del
caos y la destrucción.
Vivamos la vida con
pasión,
como recompensa a todo
lo que damos,
con ilusiones y anhelos.
¡Vida, mereces vivirla a
pleno!
entre celestes perfumes
de jazmines
de fina espuma.
Arranco al cristal azul
mil campanas anunciando
que vivir es recibir la
luz del cielo.
La vida es un trofeo
entre amores y
desamores,
fidelidades,
inquietudes,
sufrimientos,
felicidades
por todo es un don
que del más allá debemos
dignificarlo.
La vida viene de lejos
a despertar el alma
y en el cielo de las
aguas,
mis ojos en el más alto
horizonte
las flechas doradas
disparan sin parar.
Me siento como una
máscara
tapando el rostro y mi
papel aprendido
que me quita los
disfraces
y exige razón de la
vida.
La vida es un trofeo,
todo cabe entre sus
fuertes muros
contra vientos y lluvias
levantadas,
las espadas del miedo
y la duda en la paz de
mi umbral
se han quebrado.
La vida es un trofeo
¡qué fácil es vivirla
en las altas cimas del
cielo
con tu mano entrelazada
en la mía!
La vida es un trofeo,
pleno de laureles.
¿Qué es la vida?
¿Se la coge a puñados
como al mar,
o cae sobre nosotros en
el sueño?
Sin despertar ya más,
igual que muerte.
Va suelta,
escapada va,
sin que se sepa dónde,
sí pisando los cielos
que miramos
o bajo el techo que es
la tierra nuestra
inasequible, incierta,
eterna
jugando con astros a vivirla a pleno.
Suspiros del destino
Suspiros
del destino,
¿a
dónde nos llevan?
¿por
qué se ciernen sobre mí,
como
si mi alma fuera tan solo un suspiro?
Me
llevan a mi destino,
paraíso
sin lugar,
isla
sin mapa,
donde
vivimos felices los amados,
los
que amamos,
los
que nos conducen
a
una vida cierta y feliz.
Suspiros
del destino,
en
un puro volar sin hora,
quieta,
mi
vivir es mi salvación
que
sin saber por qué me lleva
a
estar enamorada de la vida,
escribiendo
siempre
en
menudos pedazos de papel,
en
pergaminos
trozados
por el viento,
en
páginas brillantes por el sol.
Milagro
de vivir
lo
sobrenatural de los suspiros
que
colman mi destino
que
quizás nacieron conmigo.
Es
un prodigio tan íntimo
el
que tú inspiras,
que
hasta el color del cielo,
o
tu voz,
o
tu risa,
inunda
mi vida en el aire
plenos
de suspiros
surgidos
del alma.
Las
sorpresas del mundo
lanzadas
desde lejos,
sobre
ti,
mi
amado,
como
olas en mansa espuma blanca
a
tus pies
se
te quiebran,
dóciles,
esperadas
y a
tu alma llegan,
desde
el aire lejano,
mis
suspiros de miel y amor.
¡Toda
la vida es única!
¡Qué
gozo que no sean nunca iguales
las
cosas que son las mismas!
Suspiros
del destino,
si
el vasto tiempo entero,
río
oscuro y sinuoso
se
escapa.
En
las manos nos deja
prendas
inmarcesibles
llamadas
días,
horas
en
que fuimos felices,
enlazados
entre suspiros tiernos y dulces
Por
eso los amantes
nos
prometemos
los
siempres
con
almas y con bocas.
¿Y
si no fueran los suspiros, suspiros?
¿Si
los suspiros fueran al estrecharlos y besarlos,
palpitaciones
encendidas entre el alma y el aire
como
hilos finos y delgados
miedosos
de ser escuchados.
Suspiros
del destino
¿Y
si hubiera otra luz en el mundo
para
que nos condujera
despacio,
sin
darnos cuenta
a
otro destino más puro,
más
fino,
más
leve
que
nos llevase a un mundo ideal.