Mis dotes dormidas,
ayúdenme a expresar la verdad con mis palabras,
cada frase, verso por verso,
transmitidas en pensamientos con belleza.
Mis cualidades dormidas,
las que se esconden en el fondo de mi ser,
sutileza, claridad,
plenitud, capacidad de creación…
¡Despierten!
¡Vengan a la luz para iluminar todo mi interior
y mi entorno entregando su energía por doquier!
Mis dotes dormidas
en una sucesión de comienzos,
afloren, no se aferren al sueño eterno
y suban hasta las nubes
porque cada nube en su movimiento,
está concluida y comienza de nuevo.
Mis dotes dormidas
surgirán en un instante en plenitud
como en un lamento vacío de una flauta,
en todos sus tiempos.
Están muy dentro de mí,
en mi espíritu que aparecerá
en el momento de la luz naciente.
Las ofrezco a los cielos
para que surjan sin pasados,
que despierten al Hoy.
Dotes dormidas,
dejen volar mi alma,
no me dejen aferrada a lo terrestre,
pesado y oscuro,
muévanme mi todo en todo.
Dotes dormidas,
tan profundas están,
semejante a un manantial
de donde brotan todas las cosas,
déjenme seguir el canto de mi corazón
y actuar como si fuera la primera vez,
sin actuar el todo,
así, será nueva y plena.
Dotes dormidas
siento tus llegadas hacia el cielo,
desde el inicio
tocando el palpitar dulce de la venida,
saboreando el sonido de la salida
y así hundirme en el silencio.
Dotes dormidas,
déjenme escuchar las melodías del atrás
para saborear lo futuro,
como una consecuencia
de los sonidos de mi pasado
y permítanme ir despacio
a encontrar el amor
que las hará despertar de su largo letargo,
porque alma y espíritu son uno
ya que la espiritualidad es la del alma.
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