Despojo
de los sueños,
lentos
rostros del artificio diario,
que
nos reconducen a caminos ya no existentes.
De
anhelos hechos trizas,
son
los días lentos, son ardorosas noches,
con
el ardor pecaminoso del desvelo,
que
en alta madrugada da, por fin,
con
el lecho vacio.
Y
así nuestra vida no parece vida,
desliz,
resbalozadora, ni estelar,
ni
pisadas dejo atrás.
Despojo
de los sueños,
el
amor que ahora es tan sólo un momento,
de
gotitas de felicidad que nos inunda,
sin
darnos cuenta en instantes menos previstos.
Y
así nos vuelve a dejar sin avisarnos,
sin
descifrar el dolor intenso,
que
causa en mi alma.
Esta
carta es para ti mi amado amante.
No
quiero ser feliz en besos,
en
los labios, sin cesar,
inventores
de expendidos engaños.
Despojo
de los sueños,
ni
con el alma casi quisiera,
mi
alma torpe se va retirando,
poco
a poco ya de mí,
hacia
inevitables soplos del aire ,
por
el aire.
Feliz
seré mirando a la felicidades que susurran,
que
vuelan de la rama y del pájaro,
lentamente
olvidados de mí,
ya
sin memoria.
Feliz
por los caminos que cerrado tenía,
por
la envidia, por la burla, por la ceguera
y
se abren ante mí los vilanos.
Lo
que yo no acerté otros me lo acertaran,
me
hirieron, me lastimarón.
Despojo
de los sueños,
te
fuiste sigilosamente de mi lado,
sin
decir una sola palabra,
sin
un adiós.
¿te
acuerdas de los sueños de cuando estaban,
allí
delante?
¡Qué
lejos al parecer de los ojos!
Parecían
nubes altas, fantasmas sin asideros,
horizontes
sin llegada.
Ahora
míralos conmigo,
están
detrás de nosotros.
Si
eran nubes vamos por nubes más altas.
Despojo
de los sueños,
si
eran horizontes lejanos, ahora para velos,
hay
que mover la cabeza porque nos hemos pasado.
Si
eran fantasmas, siente en las palmas de tus manos,
en
los labios, la cálida huella aún del abrazo,
que
dejaran de serlo.
Estamos
al otro lado de los sueños,
que
soñamos a ese lado,
que
se llama la vida que se cumplió.
Nuestro
amor terminó, llegamos al límite,
en
que la noche nos separa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario