Estos son los poemas de Martha Urquizó, poeta uruguaya que ya publicara quince libros de poemas de amor en Montevideo, Uruguay, titulados: Logros de Vida, Mi Verso es un Canto, Los Colores de los Sentimientos, El Abrazo de la Luna, Poemas que Viajan, Sinfonías de Amor, Crónicas de Amores Vivídos, El Cantar del Alma, Memorias del Viento, Cartas al Amado Ausente, Amor, Pasión, Dolor, Historias de Vida, Verdades Incomprendidas, Palabras en silencio y El Aroma de la Noche.
Páginas
▼
martes, 29 de septiembre de 2015
Paradoja del amor
Alguna vez,
aunque tarde,
mi verso debía decirte
lo que para mi has sido,
inseparable amor de mis pensamientos
y a la vez al que le hago llegar
mis palabras, sueltas,
juguetonas de vida,
mis versos más sentidos.
Paradoja de amar
de dos maneras diferentes,
no contradictorias,
sino compartidas
en una ternura insólita,
delicias de amar
entre locuras disímiles
y verdaderas.
Ayer tan cerca y hoy
¿porqué tan lejos?
Paradoja de quererte,
eres tan lejano,
tan inalcanzable.
Yo soy sólo un silencio
en tu recuerdo.
Paradoja del amor,
sentimiento incierto
que te lleva a flotar
entre las nubes o te desliza
a lo profundo del amor.
Mar de tristezas o alegrías,
de lágrimas o sonrisas,
de ilusiones y de quebrantos
que se fortalecen con la tormenta
y se quiebran con la risa.
Paradoja del amor,
eres el espejismo que da de beber,
eres el agua que no sacia la sed.
Única con el inaudito
poder de producir en el corazón
un ocaso y un atardecer.
Paradoja del amor,
eres el mantra de la humanidad,
sólo tú puedas hacer convivir
en una sola alma
dos sentimientos tan diferentes
como son la angustia
y la calma en un solo latido.
Tus recuerdos
arrancan sonrisas y lágrimas,
haces fuerte al más débil
y débil al mas fuerte,
sólo tú puedes desbordar de pasión
al más frío corazón.
Paradoja del amor,
tan volátil como una llama,
tan constante
como la salida del sol cada día.
Eres un vacío
que sólo puede ser llenado
con tu presencia,
tú mantienes la distancia,
yo me acerco muy despacio
y al sentirte cerca de mí,
la felicidad buscada se acerca,
me roza, me da alas al corazón
y me lleva con el viento hacia ti,
con mil jugarretas y piruetas
para que la paradoja del amor
llegue a su fin.
Leyenda
Leyenda
Mis pasos de alondra,
pisaron un otoño húmedo y
te sentí volar,
entre la fronda
indiferente de viejos pergaminos.
Quise seguir tu vuelo
solitario.
Quise amarrar tus ojos a
tus alas.
Quise rehacer mis dedos
con tus plumas.
Más tu volabas… volabas…
Autómata juguete de papel
y cielo.
Y te tragaba el viento.
Y te mordía la distancia
luminosa.
Y yo soñaba… soñaba…
que hoy… tal vez mañana…
quizás un día…
yo sería la rama de tu
nido.
Y fui la rama.
Y allí posaste tu piel con
el ahogo de de tu aliento.
No hubo nido.
Tú volaste…
fuiste un cuento.
Mi sueño, una leyenda de
otoño en mi memoria.
“Nadie
previno,
la culpa de existir,
no
acepta culpas”
Esperándote
Esperándote,
aguardándote,
aquí
estoy escribiendo
las
páginas de colores
que
cambian con el tiempo.
¡Qué
mágicos alfabetos
en
estas hojas vacías!.
Tienen
rasgos de cristal,
puntas
de agua,
monosílabos
brillantes.
Esperándote,
escribiéndote
a ti,
mi
inspiración eterna,
con
palabras que se clavan
en lo
hondo de mi ser.
Busco
frases de amor
para mi
númen de siempre,
cláusulas
blancas que pasan frente a mí,
lentas y pausadas
componiendo
odas
con
ellas de celestes temas.
Esperándote,
con la
luna,
el amor
y el cielo,
rodeándome
de constelaciones,
esperándote
el tiempo justo
en que
llegarás a mi lado.
Esperándote,
de
nuevo, ansiosa,
buscando
la palabra,
uniendo
sílabas mudas
ante un
mar de lágrimas
que me
estremecen sin esperar
a que
encuentre respuestas
perdidas
en el silencio.
Esperándote,
descubriendo
hojas como pergaminos,
procurando
descifrar
en
libros de sílabas polvorientos
una
frase clave para mi palabra.
Aquí
estoy,
esperándote
como desde el principio
porque
un nuevo sol
me
enseñará las palabras graves,
mañana
ya sabré alzar las notas,
hoy,
sólo entrego mi palabra
hecha
poesía.
Todo es
canto y poesía para ti.
Siempre
estaré pendiente de tu existir
y
estarás en lo más profundo de mi ser.
Todos
mis poemas,
los que
escribí velozmente
en hojas
que precipitadas apenas
las
letras las cubrían,
allí volaban
lo escrito
como
alas de las mañanas,
pluma
tras pluma se iban.
Pero hoy,
aquí,
yo estoy
a tu lado,
esperando
tu amor
diáfano
y puro.