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lunes, 4 de enero de 2016

Amor de mi vida


Aquí estoy escribiéndote
y diciéndote que te amo,
mi chiquitita hermosa,
he leído tus mensajes,
gracias,  mi vida.

Mi amor: ¡Yo!,
¿Quién soy?
Soy yo,
pero también soy esa persona
que ha aprendido a ser
de esa manera especial,
tierna y dulce,
para que me aproxime a ella,
lo que le guste a ella...

Ya no soy solo yo.
Ahora soy yo
con el mundo de ella.
Es el amor hacia ella
que llena todos los espacios
de mis sentimientos
y que me hace pensar que no estoy solo,
que ahora vive en mí,
el mas grande amor
y que tiene el rostro de ella…

Hemos llegado al umbral
donde la puerta se abre,
donde todo va  a realizarse,
donde el amor se consolida,
pero no podemos ignorar
que no es donde el amor empieza,
porque fue el amor
el que nos trajo hasta este umbral
de vida y de realizaciones.

El corazón procesa los sentimientos,
decanta los humores
y cuando llega a  la ebullición,
en las más grandes temperaturas
del amor verdadero,
los traduce en versos que nos arrebatan,
que nos complacen
y que están hechos de esa esencia,
de la persona que los pensó
y de la imagen que se guarda
de la persona amada.

Por eso,
un poema es una radiografía de tu alma bella
y un elogioso modo de mirarme a mi,
el ser que te ama y que te desea.

Qué delicia saber que eres mía,
mi amor, yo también soy tuyo,
mi chiquitita, te haré muy feliz.

Amor mío: lindos tus poemas
que me hacen pensar
que si bien la felicidad no existe,
como estado del cuerpo
y del alma permanentes,
si existen INSTANTES felices,
que son los que comparto contigo,
cuando te escucho,
cuando me pienso contigo amándote
y siendo muy feliz…

Pero esos INSTANTES
de profundo e intenso amor,
no serian posibles sin tu voz,
como una caricia
tocándome el cuerpo y el alma,
recitándome tus versos
como si tus poemas fueran pentagramas
que me cautivan con la mas bella de las canciones…

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