Renunciación de tenerte a mi
lado,
me despido de ti,
te regalo la luna,
todo fue una ilusión
vana y breve.
No se si te amé,
creo que no,
pero me queda tu sonrisa
dormida en tu recuerdo
y el corazón me dice
que no te olvidaré.
Renunciación,
te digo adiós por siempre
aunque toda la vida
siga pensando en ti.
La noche alba y vacía
se poblará de recuerdos ya
no tenidos
y en presagios de memorias
revividas
me iré buscando con ojos
penetrantes
en altas madrugadas,
ese amor que me está
esperando,
cálido y tierno,
pleno de esperanzas para
vivir
un viaje sereno y largo.
Desde la nada subiste,
maestro de la seducción,
a la cumbre dorada de la
conquista
y ahora desciendes al valle
de las sombras, callado,
apesadumbrado,
sin nada en las manos
vacías.
Tus amores te abandonaron
a la vera de tu camino,
estás sólo con tus pesares
y dolores.
Tenías en poder y el coraje
de enfrentar la vida y
vencer
pero la vida y tus entornos
te vencieron.
Renunciación total,
me despido de ti con pesar y
pena,
no por mí
en quien dejaste la
inspiración divina
de crear con amor versos,
palabras,
guiones de vida
que vuelan por el mundo.
Sí por ti que estás
recibiendo
de la vida la hiel del
ultraje
y los golpes duros
que duelen más que las
heridas abiertas.
Renunciación,
te dejo con lo que tú
anhelabas
y te abandonó,
no pudiste dominar tu genio
metido en el polvo de la
mentira,
sin descanso,
no viste que el verdadero y
único amor
te estaba esperando.
Ahora,
desnudo y solo bajas
de tu pedestal de mármol
roto
y ya nunca encontrarás la
paz
prometida.
Yo me voy al mundo nuevo,
de noches claras y estrellas
errantes,
a encontrar el amor,
el verdadero,
el que me inunda de jazmines
entre blancas espumas y
esmeraldas temblorosas de vergeles
que nos envolverán
en un abrazo total y nuevo.
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