Páginas

sábado, 23 de abril de 2016

Besos sin ruido


Besos sin ruido,
leves, suaves,
dulces,
se deslizan
desde el polvo de estrellas
hacia ti mi amado,
no se sienten llegar
pero cuando lo hace
n dejan en tus manos,
en tus brazos,
en tu boca,
un destello de amor puro,
pleno de deleite amoroso.

Besos sin ruido,
dan frescura y calma al alma,
recorro tu piel
en brevísimos segundos
de intensa felicidad
y tú te sientes mimoseado
y amado.

Besos sin ruido,
en las noches obscuras
con la luz de la luna
sobre nosotros invaden
nuestra intimidad colmándonos
de concéntricos gozos
en horas limpias,
cielo puro,
bosquejando por el aire
lo que empezaría a escribir para ti
y en el papel amanece una palabra.

Besos sin ruido,
cosquillosos,
anhelantes,
que dulcemente inundan
en mares de espuma
el corazón gozoso
de nuestro amor.


Destino nuestro dichoso
entre besos sin ruido
y sin alharacas,
aquí en nuestro silencioso latir
de dos almas juntas,
está latiendo el ansia de soñar
que no nos afanamos
en tardarnos en vivir.

Besos sin ruido,
son de noche aún más prolongadas
y ávidos y nuestros labios
cavan en la aurora
un espacio del gran besar nocturno.

Besos sin ruido,
sobre tu rostro feliz y tu frente serena
como un río que nunca acaba de pasar,
como un claro espejo
donde se reflejan tus ojos y los míos,
es como un amor que escapa y vuelve.

Besos sin ruido,
lo que nos queda palpita
en lo mismo que nos damos,
allí detrás de los besos,
de las miradas,
del gozo,
sin forma están
y seguros gozos,
besos y miradas.

El beso que se termina
otro se pide a sí mismo.
La vida nos la ganaremos
siempre entregándome,
entregándose.
La creación riela.
La dicha sosegada transcurre
como un placer
que nunca llega al colmo,
como esa rápida ascensión
del amor donde el viento eleva
hacia las nubes
desde nuestros besos
sin ruido de nuestros labios.

Besos sin ruido
que anuncian un te quiero,
no es porque te lo digo,
¡qué poco importa
a esa pura verdad
que es en su fondo quererte!,
me lo digo como un nacer desnudo,
el decirlo yo sola,
sin designio de que lo sepa nadie,
tú siquiera me lo dicen
el cielo y los papeles
ya no en blancos bordados de poemas,
en músicas casuales,
entre besos sin ruido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario