Perdida
en caminos oscuros,
misteriosos, secretísimos,
plenos
de honduras, sin luces,
me
encuentro en estos instantes
como
profeta de mis fines,
no
dudando del mundo
que
pintó mi fantasía
en los
grandes desiertos invisibles.
Perdida
estoy, reconcentrada y penetrante,
sola,
muda, predestinada, esclarecida,
en un
aislamiento profundo.
Mi
hondo centro,
mi
sueño errante
y mi soledad
hundida
se
dilatan por lo no inexistente
hasta
que vacilo
cuando
la duda oscurece
por
dentro mi ceguera.
Perdida
en caminos oscuros,
un
tacto sombrío entre mi ser
y el
mundo,
entre
las dos tinieblas
define
una ignorada juventud ardiente.
Estoy
buscándote,
quiero
encontrarte en la noche,
estoy
perdida sin ti.
Allí,
en la lejanía,
más
allá de las palabras,
de los
sentidos y las ideas,
en el
territorio oculto
de
tiempos escurridizos,
perdida
grito tu nombre,
te imploro
con una
voz tierna y apasionada.
¡Búscame!
¡Atrápame!
Y
agitando melodías de fuegos
en las
manos del arco iris
correré
libre hacia la luz
dejando
de habitar las sombras.
Perdida
en caminos oscuros,
quiero
encontrar el resquicio
para
llegar al terreno
donde
el amor sueña
libre en su soledad
y las
cruces desnudas
diluyen su lenguaje de espumas
recibiendo
la sencilla vibración
de los
corazones puros.
Me
alejo,
cruzando mil huellas oscuras,
pasando
el horizonte envejecido,
mirando
en el fondo de los sueños
la estrella que palpita.
Me
alejo, sí,
buscando el camino iluminado,
dejando atrás los caminos oscuros,
llevando en mis manos
aquel
cielo nativo
con un
sol gastado.
Quiero
llegar al lugar
donde
el amor cae
en
cataratas silentes,
día a día
por las
curvas sencillas del viento
desplazando
su caudal de perfumes
en el tiempo sin más ilusiones
que el
buscar el acento claro de la paz.
Perdida
en caminos oscuros,
huyo
presurosa
para hallar mis palabras
las que
se llevó el viento,
leves y vaporosas,
como
las huellas
de las
gaviotas en las playas.
Todo en
mi vida es un presentimiento,
soy
como hoja medio desprendida
que ya
la agita
sin
llegar el viento,
una
hoja perdida,
temblorosa
y conmovida.
Clara
imagen pura
de mi
búsqueda sin fin
de
encontrarte
para
amarnos y entregarnos
para siempre en el éxtasis
de una
unión secreta,
nuestra, sólo nuestra.
Perdida
en caminos oscuros,
voy
labrando sin tregua
ni senderos a la luz,
hacia
ti, para abrazar con mi cuerpo de luna
el
templo de oro de tu alma tranquila.
Vayamos
juntos
a la luz del día, ésta,
no es
aquella de ayer
ni la
que alumbrará mañana.
Búscame
en mis caminos oscuros
y en
volandas, únete conmigo
en el
horizonte sin fin.
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