Te desvaneciste,
por no estar contigo
en este hoy,
en este ahora,
crece en mí
una hiedra pálida de
dudas
que ahogan mi
pensamiento
y detienen las horas
de la espera
inquieta
y desazonada,
la ramazón de hiedras
que sacude el viento.
Si todo pensamiento
me sabe a tu
presencia,
no puedo dejar de extrañarte
y ya me es imposible
disimular tu ausencia
ya que de esta agonía
nada puede
consolarme.
Te desvaneciste,
¿a donde están la
magia
y la fantasía de tenerte conmigo?
Nada en esta tierra
libera a mi alma
de la inquietud
que la aprisiona
cuando me faltas,
cuando no estás…
Te desvaneciste,
debo dejarte de sentir,
de extrañar,
de pensarte
en segundos
tan sólo para que
otros amores
se muevan en mi
pecho,
para que sean un mar
a mis sueños y a mi
olvido.
No quiero sentir más
el eco con tu nombre
ni la agonía de tu ausencia,
ni el manto tibio de tus manos,
anhelo y necesito
otra luz
con mirada nueva
que haga resurgir
brioso,
salvaje,
victorioso,
un nuevo amor
que en mi pecho vibre
y que un frescor
enternecido
bañe con mil caricias
mi cuerpo
que será un mármol
tibio.
Te desvaneciste,
eres ahora apenas
un recuerdo lejano,
un nuevo amanecer
hizo que la tristeza
se fuera al pasado
del ayer
que sólo oscurecía
mis días,
ahora comenzó una
primavera ardiente
y feliz en mi ser.
Después de tu
ausencia
en volandas
sueño otras mañanas
de colores,
que me llevan a los
fondos de mares
y de glorias
encontrando el amor
verdadero,
único.
Vibro,
tiemblo
como una mariposa de
fuego
y tormenta,
corazón con alas
con aleteos leves
entre latidos
temblorosos
y de suaves cadencias
en ansias verdes,
azules,
en ondas y curvas
entre aromas de
madreselvas.
Te desvaneciste,
no existes más,
naufragaste
en un mar de
inestable equilibrio,
tu nombre quedó
en el agua sumergido,
ya no volverás más
a mis pensamientos.
Ahora quiero vivir
no en un vacío eterno
sino en una creencia
de estar juntos
en el ahora
mi nuevo amor
y yo en un mundo
nuestro.
Ya no más tu añorada
presencia,
ahora crece
hacia dentro de mis
dedos
la suavidad de una nueva
piel cálida
y al llamado de sus ojos
se alza de mi sangre
la poeta
y mis versos cantan
y se reflejan
en los cielos azules
y horizontes lejanos.
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