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jueves, 22 de noviembre de 2018

Miedo a amar


Miedo a amar, lo sentimos en un instante inesperado,
pero igual amamos y dejamos que nos amen.
Miedo a pasión desbocada,
miedo a hacer ramas entrelazadas
que unirían como un bosque umbrío nuestro existir
bajo los gajos confundidos de los ligustros anhelantes
miedo a ser naturaleza viva
en la naturaleza ya muerta.
No somos del aire que perdura,
somos tiempo tan sólo.
Y la naturaleza se despierta para alegrar tu llegada hacia mí,
las garzas destacan en el espacio su alada claridad,
anunciando que estás cerca, muy cerca de mí.
hasta los racimos de púrpura salvaje cuelgan en el ceibal,
donde canta su trovar matutino su célebre sabia.
Miedo a amar, mientras nuestros corazones ajustan su rítmico latir
con una cadencia que inspira un millón de notas que nos subyuga.
Y en un millón de arpegios nos levanta
cuando al brillar la aurora todo el paisaje canta.
Miedo a amar, ¿Por qué?.
Amar es lo más preciado del mundo.
La luna amanece despierta entre el rumor de nuestros besos
y cambia de color entre las nubes altas del otro horizonte.
Apoteosis del amor, los pinos majestuosos muestran gozosos
la arquitectura musical de sus ramas,
anunciando a las golondrinas del aire el júbilo de nuestro encuentro.
Miedo a amar, no, amar es vivir intensamente.

                                                             “Mitad en la luz
                                                              y mitad en la tiniebla
                                                              mi mano te lleva a mi cuarto
                                                              para sellar los portones
                                                              del deseo”

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