Momentos
precisos,
sorpresivos,
no esperados, únicos.
Nos
encontramos sin buscarnos,
nos
miramos hasta el fin
de
nuestros días.
Momentos
precisos,
plenos
de amor, gozo,
placer
de estrecharnos
en
nuestros cuerpos
ávidos
de ser amados.
¿Por
qué ahora, cuando ni lo intuimos,
ni lo
percibimos, nos encontramos
en un
instante vacío de amor
en
nuestras almas?.
Eres la
frescura del aire que respiro,
el
aroma del bosque umbrío,
la
espuma del mar en calma,
el aire
diáfano del día azul.
Momentos
precisos,
surgidos
de la nada,
de lo
profundo de nuestras vidas,
cual
mágicos momentos irreales y misteriosos.
Momentos
precisos,
plenos
de dichas, de emociones intensas
que
hacen que la sangre corra por mi cuerpo más aprisa,
entre
arpegios y bemoles,
música
sincopada de cuentos inventados.
Momentos
precisos,
necesarios,
anhelados, con todo el amor
que se
puede esperar en tan sólo un beso apasionado
entre
suspiros de gozos y placer.
Te
quiero junto a mí, quiero sentir tu latir,
tus
emociones, tu calor cerca de mi cuerpo.
Momentos
precisos,
el oído
pegado sobre el ángel que custodia
el
hechizo de tus sueños
mi mano
angustiándose en el aire
por el
largo alumbrar del movimiento
con el
pulso agitado de la sangre
sobre
el somnoliento silencio
se quema
las llamas del placer y el gozo
como un
ave de marfil en primer vuelo.
Momentos
precisos,
aquellos
los preciados, los queridos, los anhelados
con
frescura de amapolas y espigas
brotando
verdes en la hierba.
Ahoga
en desazón al pensamiento,
se
detienen las horas de la espera
en el
momento inolvidable de este instante
donde
yo espero que nazca en tus ojos
el
verde que refresque mis sentidos.
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