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domingo, 20 de enero de 2019

El regazo




Pongo mi mano humildemente estremecida sobre tus rodillas,
de alucinados musgos y en tu pecho busco el vino de amapolas,
que borra las mascaras feroces del mundo .
Árbol inabarcable con piedad me ofreces el poema de amor y música de tus ramas,
como un regazo de amor tierno para refugiarme.
A través de tus ondas llegaré a las islas que jamás cruzan las crueles rocas del tiempo.
Tu regazo es mi paz mi calidez tierna mi anhelo esperado, te necesito,
¡ven pronto!
Pronto, muy pronto, mi deseo es dormirnos entrelazados el uno al otro con un beso eterno, tú en mi yo en ti.
Tuya por siempre, antes vivía por el aire, el agua ligera, sin dolor vivir de ala,
de quilla, de canción, gestos sin rastros.
Pero ahora quiero estar en tu regazo como un novillo pequeño trémulo de pasión y amor.

“Sobre, la eternidad blanda
del tiempo dejaste
marcada la seña de tu ser”

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