Anécdota de vida de una mujer
poeta que viaja con la realidad que le dan sus poemas de amor. Fue en varios
encuentros de Poetas del Mundo que me brindaron
lo mejor de sus espíritus, su
inocencia, su pureza,
su limpidez de alma: Los
Poetas de Taiwán.
Taiwán, cuna de la poesía asiática,
sus poemas tienen música de sonidos, no los comprendo, no puedo leerlos, pero
los siento vibrar en mi alma como si ángeles susurraran a mi lado.
En los breves momentos que
estuvimos en contacto sentí que me transportaban a su mundo con sus risas, sus
alegrías, sus ojos luminosos y tiernos.
Un día me hicieron llegar a
mis manos un libro muy importante, con sus poemas escritos en su idioma y
exclamé:
¿Por
qué me hacen llegar esto? ¿Cuál es la razón? Y empiezo a pasar sus hojas
escritas con sus signos que no comprendo y en medio del libro con gran
impresión encontré un poema mío muy largo “La esencia de tú ser “en español y
en Taiwanés con mis fotos y biografía.
Fue un impacto que extasió mi
alma, ellos, poetas de milagro eligieron un poema de amor escrito en uno de mis
libros y lo hicieron traducir al español, en especial este fragmento:
“No sé cuando empezamos a
conocernos,
cada mañana nos empezamos a
encontrar,
cada nuevo beso es para mí,
mi primer beso,
mi verso debía decirte
lo que para mí has sido,
tú tenías la palabra exacta
con ternuras compartidas.”
Anécdota de vida especial y
única, en mis recuerdos de vida, los momentos vividos con los poetas de Taiwán
serán guardados en el cofre de mi existir por siempre por la candorosa y
musical esencia de su risa y sonidos que con el viento se desgranan en el
firmamento en transparente amistad y al pensar en su existencia pasan sobre mi
absortos pensamientos con brisas plenas de paz y de inocencia.
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