Amor oculto, somos seres en
cuerpos disfrazados de sombras sobre la tierra.
Nuestro amor se oculta en el
infinito, allá donde el horizonte se pierde y como en un sueño alguna vez
quizás nos encontraremos en un retorno a
esta corporeidad mortal y rosa donde el amor inventa su espacio para ocultarnos
siempre.
Amor oculto, ¿Las oyes cómo
piden realidades ellas, desmelenadas, furiosas, ellas, las sombras que los dos
forjamos en este inmenso lecho de distancias
y de te quieros en el aire?
Cansada ya de este amor
oculto de una infinidad de tiempo sin medida, anónimos ya que tú y yo somos
nadie, hay heridas por una gran nostalgia de materia, piden estas nuestras
sombras límites, días, nombres.
No pueden vivir ya más, están
al borde del morir en la nada.
¡Acude, ven conmigo, tiende
tus manos, tiéndeles tu cuerpo!
Los dos les buscaremos un color,
una fecha, un pecho, un sol.
Que descansen en ti, sé que
tu carne se calmará su enorme ansia errante, mientras las estrechamos
ávidamente entre los cuerpos nuestros
donde encontrarán su reposo y
la paz.
Se dormirán al fin en nuestro
sueño abrazado y protegido porque tú y yo estamos juntos, ya no somos sombras.
Amor oculto, así al
separarnos, al nutrirnos nuevamente sólo de sombras, en la lejanía, desde muy lejos,
ellas tendrán recuerdos, ya, tendrán pasado de carne y hueso y no tan sólo
imágenes difusas, efímeras, fotos borrosas.
Y al terminar nuestro afanoso
sueño, quimera de encontrarnos, otra vez, será el retorno a está corporeidad
mortal donde el amor inventa su infinitud ocultándonos a la realidad de no
vernos ni tocarnos nunca.
Mis ansias te esperarán
siempre, para que desde mi alma broten palabras que despertarán con tu amor en
poemas que diligentes van al papel que las espera siempre en un silencio que es
un puente de amor hecho de poesía.
“Cuando
la tarde apaga sus colores
y los
astros encienden sus lumbreras
surgen
llenas de encanto
las
quimeras”
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