Lágrimas saladas inundan
un mar en mi pecho,
te has ido y no te
encuentro
ni en un resquicio de este
mundo
pequeño y frágil.
Estoy llorando espinas al
amanecer,
cabalgando en vientos y
huracanes, la lluvia golpeando mis mejillas,
sólo pensando en ti.
La piel de tu costado se
me enciende sobre el ojo cautivado,
de deseo y flota tu
cintura sobre el agua,
que manan mis recónditos adentros.
De lágrimas de amor estoy
sedienta de tanto que yo por ti concibo,
que me provocan un dolor
tremendo al no verte,
en el amor que anhelo.
Lágrimas que angustian mi
alma que una muestra de amor,
por ti clama, suplico
, por una huella que de ti
añoro.
Tan de cristal y oro
perfumado el aire que me cerca los ojos
lloroso,
que temo despertar en tus
pupilas por no apoyar,
mis ojos en el aire.
Mis pestañas con gotas de
agua rizan el viento y mueven el follaje.
“Enciendo
velas
donde el viento sacude
negra soledad”
No hay comentarios:
Publicar un comentario